ESCENARIO DE VIDA

Cómo respirar dentro de la Ciudad

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El haber visitado en días pasados los parques del Cinturón Ecológico Metropolitano como el Parque Ecológico y Deportivo Cayalá, el Parque Ecológico de Ciudad Nueva, el Parque Ecológico Metropolitano Kanajuyú, el de Siguán Raxché —próximo a inaugurarse—, zona 17, y el Parque  Municipal La Asunción, localizado en la zona 5, fue para mí toda una delicia. Se trata de verdaderos pulmones y constituyen oportunidades de recreación y esparcimiento, además de servicios ambientales como el aire puro que generan y el líquido vital del agua.

Según Gabriel Valle, coordinador del Capítulo Metropolitano de Fundaeco, el Fondo Francés para el Medio Ambiente Mundial (FFEM) ha sido clave para poder gestionar la visión del Cinturón Verde de la Metrópoli de Guatemala, en la que gobierno central y gobiernos locales toman acciones de protección y conservación para brindarle a la ciudadanía una mejor calidad de vida. Fundaeco tiene la meta de impulsar la creación de 15 parques ecológicos en la región metropolitana y no me extrañaría que lo lograra pronto.

Encontrarme con otros bosques fuera de la ciudad, que también forman parte del Cinturón con este mismo concepto, fue revelador. Entre ellos, el Parque Regional Municipal La Cerra, de San Miguel Petapa, y la Finca San Rafael Las Hortensias, en Santiago Sacatepéquez. Este último está ubicado dentro del área protegida de la cordillera Alux. Mas el secreto mejor guardado fue un bosque espectacular ubicado en San José Pinula, llamado Boca de la Montaña, a 22 km de la capital, que está próximo a constituirse como parque. Desde allí pude apreciar una vista panorámica que abarca todo el Lago de Amatitlán y que podrá ser visitado por miles de personas. Allí tienen ya un estudio técnico para el manejo de aguas residuales y cuentan con cinco plantas de tratamiento. Se nota que cuando se tiene la voluntad, se puede.

Según Valle, las municipalidades son un peldaño importante para el buen funcionamiento del Cinturón, donde muchos más municipios se deben ir sumando. Esto se da en el marco del Consejo Departamental de Desarrollo, donde surge la coordinación interinstitucional.

Otros parques que me han dejado impresionada, promovidos por Fundaeco, son los de Cayalá y Kanajuyú, donde se realizan caminatas, actividades de yoga, meditación y actividades recreativas. Si buscamos paz dentro de la ciudad, no hay mejor opción que visitar estos parques, que invitan a la contemplación.

La idea de Fundaeco es la unificación de todos estos bosques en un mismo concepto de Cinturón. La entrega de las municipalidades es clave para garantizar la creación del Cinturón. Valle nos comenta que las municipalidades no solo se han sumado al trabajo de conservación y creación de algunos de estos parques, sino que buscan incidir en la gestión del desarrollo urbanístico de las ciudades en donde el ordenamiento territorial es crucial. La idea es que el Cinturón Ecológico garantice que tengamos una ciudad apta y de calidad para los habitantes, y adaptada a los retos del cambio climático.

El concepto del Cinturón viene siendo parte de una visión que otros países desarrollados denominan “ciudades sostenibles”, que para mí es un sinónimo de las ciudades del futuro bien planificadas.

Felicito a Fundaeco y a todos los actores que se han sumado para impulsar el Cinturón Ecológico Metropolitano. El mensaje es que estamos a tiempo para no continuar dándole la espalda a los barrancos o ríos como si fueran basureros, sino dando la cara a ellos, conservándolos y utilizándolos como ornato y como pulmones de la ciudad, con los beneficios que sus servicios ambientales, recreativos y espirituales ofrecen.

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