VENTANA

Desde la escalera

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El arquitecto chileno Alejandro Aravena es el director artístico de la 15ª Exposición Internacional de Arquitectura, en la Biennale di Venezia, que se lleva a cabo desde el 28 de mayo hasta el 27 de noviembre del 2016. La imagen que Aravena utilizó para describir el espíritu innovador de la exposición artística es la foto de una mujer, rozando los 70 años, que está subida en el último escalón de una escalera de aluminio, en medio del desierto, avizorando el horizonte. La foto es real y es portadora de una historia asombrosa que tiene que ver mucho con Guatemala.

La imagen de la señora subida en la escalera proviene de Bruce Chatwin, el escritor inglés que viajaba por América del Sur en los años 70. Relató que encontró a la atrevida arqueóloga alemana, María Reiche, estudiando las Líneas de Nazca subida en una escalera. Se trata de los formidables geo-glifos, en la pampa peruana. María Reiche entregó su vida y su dinero para estudiarlos y protegerlos.

“Para quienes estamos parados en el suelo y vemos el desierto”, dice Alejandro Aravena, “lo que apreciamos solo son piedras. Pero desde la grada más alta de la escalera la arqueóloga obtenía una nueva perspectiva, un nuevo punto de vista, porque las piedras se transformaban en pájaros, flores, árboles, monos, perros”. ¿Por qué la Dra. Reiche no alquiló un helicóptero para verlos mejor? Porque no contaba con el dinero para hacerlo. ¿Por qué no utilizó un camión para moverse con más facilidad? Porque destruiría lo que observaba. Para lograr su sueño, la arqueóloga utilizó una simple escalera de aluminio como herramienta, y aplicó toda su creatividad, su pasión, su respeto y amor por Perú y la cultura Nazca.

Yo recurro a la imagen valiente de María Reiche subida en la escalera para ver desde un punto de vista diferente la realidad guatemalteca de hoy. ¿Cuál es el diseño de la nueva Guatemala? ¿Cuál es la visión común que nos inspira a trabajar juntos, a pesar de nuestras diferencias, con el propósito de construir una nación y no feudos. Para construir una democracia fecunda basada en un orden justo. Yo estoy segura de que Juan José Arévalo observó a Guatemala desde la última grada de una escalera hecha hace más de medio siglo. Su administración fundó las bases de una nueva clase media y convirtió a la educación en su principal política de gobierno.

Desde muy joven, Juan José Arévalo, subido en su escalera, tuvo la visión de que Guatemala necesitaría de ciudadanos probos, padres amorosos, obreros honrados, comerciantes justos, agricultores capaces, profesionales dignos, gobernantes conscientes, representantes celosos, militares fieles e intelectuales preparados. Todo esto se obtendría solamente ejerciendo un profundo cambio moralizador en la conciencia de cada persona. El futuro comienza en lo moral. Esa fue la lección que nos dejó Arévalo, desde su escalera.

Ya pasaron más de 70 años desde que Arévalo usó una escalera para ver hacia el futuro. Ahora nos toca a nosotros. Alguien tiene que atreverse a ver de qué estamos hechos. Tenemos qué saber cuál es el diseño que nos ha llevado a tanto problema. “Pero, sobre todo, el gran reto es encontrar un nuevo patrón organizacional, que nos devuelva la vida como nación”, cantó el Clarinero.

clarinerormr@hotmail.com

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