SI ME PERMITE

El año nuevo tiene su pasado

|

“El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta”. Charles Dickens

Todos los augurios que recibimos para el año nuevo son bienvenidos y también de gran manera gratificantes. No podemos negar que las palabras de aliento nos ayudan a enfrentar nuestro diario vivir. Pero con todo ello el año nuevo no será producto de los deseos y augurios que recibimos, sino de lo que hemos acumulado en el pasado y en el modo como lo llevamos cada día que viviremos.

Cuando uno entiende que la vida es algo que se edifica en un pasado y a menos que haya habido una renuncia y cambio del pasado no podemos divorciarnos de lo que hemos acumulado consciente o inconscientemente. Si tenemos voluntad y determinación para corregir aquello que no nos favorece y alejarnos de todo lo que no nos ayuda a mejorar, entonces el año nuevo será de alguna manera ser distinto y también gratificante y mucho mejor de lo que ya hemos vivido a la fecha.

Es común en reuniones de familia, amigos o compañeros escuchar frases que expresan el mejor de los deseos para que podamos vivir de lo mejor en los días venideros. Sin lugar a dudas esas expresiones que nos dijeron fueron tan positivas que un día las integramos a nuestro vocabulario y las expresamos a los nuestros como que estas fueran nuestras. Pero la realidad del año no será lo que otros nos desearon, sino que estamos parados justo sobre el pasado que hemos construido y ahora le estaremos agregando un peldaño más.

Seamos sabios en lo personal y antes de mirar para adelante, tomemos un momento y miremos atrás y hagamos una evaluación para poder entender qué cosas hay que afirmar y cuáles enmendar o corregir para que después podamos mirar hacia adelante y planificar el año con realismo, sabiendo qué retos podemos hacer nuestros y planificar paso por paso para crear una progresión que corrija nuestro pasado y mejore nuestro futuro.

Sin lugar a duda mucho de lo anterior lo debemos hacer solos y en una manera madura, con introspección. Si hace falta podemos pedir la asistencia de amigos o profesionales que nos pueden ayudar para que el año no sea otra repetición del pasado sino un cambio gratificante para nuestra vida y, ¿por qué no?, también para los que comparten nuestra vida y comparten nuestros éxitos y fracasos.

Entendemos que vivimos en una sociedad donde hay que mostrar el mejor perfil posible y cuando se nos pregunta cómo estamos, la respuesta natural es afirmar que estamos bien, no importando se eso es verdad o no. El problema no es quiénes nos rodean, sino que debemos aprender a vivir con nosotros mismos y hacerlo de la mejor manera para que cada día que transcurre sea un avanzar a nuestra meta y no simplemente estar como una bisagra de la puerta que no hace otra cosa que moverse sobre sí misma pero no avanza a ningún lugar. En medio de las premuras del inicio de año, nos damos cuenta de que nos hemos movido y desgastado pero seguimos en el mismo punto donde hemos iniciado.

Esta verdad no simplemente está en el contexto del individuo, esto es verdad también como una mentalidad de familia, empresas, organizaciones, centros educativos y grupos afines para alcanzar metas tan anheladas. Por ello en lo que sea de nuestra parte despejemos el bagaje que cargamos del pasado para que no nos limite al querer proyectar un futuro lleno de relaciones sanas y gratificantes no solo para nosotros sino también para todos los que tienen algo que ver con nosotros.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.

ARCHIVADO EN: