CON NOMBRE PROPIO

La hora del cambio

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Los tribunales penales están llenos de casos de corrupción y la agenda mediática es información judicial. La justicia juzga lo que se denunció ocurrió en el pasado, pero ¿Qué hacemos en este momento para no repetir la historia?

En arca abierta hasta el justo peca, dice el refrán. Concebir la lucha contra la corrupción solo en el ámbito penal es un error, porque si hay tantos procesos judiciales penales, es claro que todos los tamices que existen para no llegar a ese extremo fracasaron y no hacemos nada para hacerlos funcionar.

Deseo compartir tres aspectos que, sin lugar a dudas, debemos modificar si no queremos que los casos penales sean nuestra hoja de ruta diaria. La lucha contra la corrupción es en todos los ámbitos:

1.Tratar con aduanas es tedioso y abusivo. El proceso para exportar e importar es irracional. No tengo idea de quién es la frase que la corrupción es “crear dificultades para vender facilidades”, pero es cierta. El proceso para traer mercancías y sacar productos del país es ingrato, ocurrente, fastidioso, discrecional y abusivo. Esto no es ningún tema ideológico, simple y llanamente, mientras la discrecionalidad del empleado sea la ama y reina de los puertos y fronteras, señalar que la corrupcion es erradicada es mentira. Cambiaremos a unos actores por otros, no más. Un calvario enfrentan muchos empresarios frente a los “nuevos procedimientos”, y esto es lo que debemos acabar. Si el proceso de tránsito en aduanas no es fácil y rápido, mentira que podamos señalar que habrán cambios sustantivos.

2. Salud pública. Es claro que una de las grandes fuentes de corrupción es la compra de medicamentos, la atención a la red hospitalaria y las plazas fantasma en el sector salud, no es hora de preguntarnos ¿no debemos repensar el sistema de salud de forma estructural?, ¿Cómo podremos garantizar la seguridad social universal si nadie se ocupa de ello?, ¿deben seguir el IGSS y el Ministerio de Salud haciendo lo mismo que han hecho hasta ahora? Es cuento chino que se diga que se combate la corrupcion si nadie está interesado en un cambio drástico al esquema actual y esto no ocupa una coma de la agenda de nadie en el país.

3. Subvaluación del mercado inmobiliario. “Las normas son el cemento de la sociedad”, nos enseñan en la Facultad de Derecho; en consecuencia, cuando un país entero se mueve al margen de la ley, es muy difícil conseguir resultados de predictibilidad de la aplicación del Derecho. El mercado inmobiliario de reventa en Guatemala es una ilusión si se concibe legal. Por ejemplo, una casa en Utatlán, zona 11 de la capital, tiene un claro valor de mercado ¿si hacemos la prueba de ir a ver a cuánto se han vendido las últimas 50 casas de esa colonia para efectos fiscales y formales qué resultado creemos obtener? Mucho cuidado de hablar de este tema porque debemos empezar con 158 diputados y con todas las residencias de fiscales, jueces y magistrados si queremos penalizar este aspecto o aplicar la extinción de dominio.

Aduanas, sistema de salud y mercado inmobiliario, solo tres aspectos de muchos que deben cambiar y que no vemos, pero ni lejano en el horizonte, una intención para modificarlos. En el ámbito del Congreso y del Ejecutivo mucho se puede hacer para dar, por lo menos alguna señal, de que las decisiones políticas también construyen un nuevo modelo de país. Esta es la hora de cambiar, pero si no se ejerce presión desde la ciudadanía, tarde o temprano se repetirá la misma historia y así, de veras, tampoco se construye un mejor país.

 abalsells@ea.com.gt

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.

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