VENTANA

La vida da vueltas

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El ritmo de vida en Nueva York “fluye a la velocidad de la luz”, agregó sonriendo el Clarinero. El mejor ejemplo que describe esa velocidad son los elevadores del rascacielos del One World Trade Center. Es el edificio más alto del hemisferio occidental y está ubicado a la par de donde antes se encontraban las emblemáticas Torres Gemelas. Sus elevadores suben hasta al piso 104 ¡en menos de 60 segundos! A esa velocidad de rayo, el visitante observa un video que describe el proceso de desarrollo urbano de la ciudad desde el siglo XVI hasta hoy. Cuando las puertas del elevador se abren, la imagen del video ¡coincide con el paisaje de la ciudad y el horizonte frente a nuestros ojos. Por eso, el magnífico observatorio lleva el nombre “See Forever” —Mirar para siempre—.

Casi tocando el cielo, fue imposible no reflexionar sobre lo que había escuchado de diferentes personas, de nacionalidades e ideologías diversas, que integran la población de la metrópoli que se extendía a mis pies. Todas concuerdan en que estamos en una etapa de transición mundial. En estos meses de octubre y noviembre se perfilaron las fuerzas de una nueva historia que pueden darle la vuelta a la vida que hemos llevado. De la visión de un mundo que tendía a resolver los problemas desde la colaboración, la alianza entre países, no solo por la globalización y el internet, sino porque reconocimos que nos necesitamos unos a otros, se regresa a una etapa de división, aislamiento y discriminación. Sin duda, Isis y las migraciones han incentivado una cultura del miedo. Lo demuestra el Brexit en Inglaterra, la elección de Donald Trump en Estados Unidos, y la candidatura de Marine Le Pen del partido populista y xenófobo de extrema derecha para las elecciones en Francia en el año 2017.

Lo importante es ¿qué ocurrirá en Guatemala si Trump logra luchar contra el mundo e imponer su voluntad? La imagen más elocuente es la construcción del muro. Ya sea que lo haga o no, los chapines deberíamos reaccionar como si fuera hacerlo. Tenemos que ser proactivos. Frente a este escenario negativo, el impacto en las familias, en las exportaciones y en las importaciones será fuerte. Las medidas en la frontera se endurecerán. Las familias que pensaban migrar deberán plantearse una vida en Guatemala. Los exportadores también sufrirán represalias porque el cierre de fronteras cambiará las reglas del juego. Y de igual manera se verán afectados lo importadores. Casi el 60% de nuestra economía depende de las importaciones. Habrá tropiezos para quienes compran productos en Estados Unidos, y más, si estos no son totalmente estadounidenses. Pero el mayor problema es el impacto sobre las remesas. Si ahora estamos en Q7.50, el dólar puede pasar de 8 a 9. Eso generará más pobreza. ¿Cuál sería una solución para las familias, para los exportadores, para los importadores en esta etapa de transición? Este es el momento de cambiar de commodities, para dar el salto hacia servicios y productos más inteligentes. Allí está la esperanza.

El sol se escondió. El cielo se tornó rojo. Las luces de la ciudad resplandecieron, me recordaron las palabras de la analista política y abogada internacional Anne-Marie Slaughter: “En este siglo XXI el mundo que emerge estará cada vez más conectado. Esa interconexión superará los Estados. Desbloqueará la innovación y propiciará el crecimiento sostenible”. En otras palabras, Trump la va a tener difícil. No puede luchar contra todo el mundo aislándose. Nosotros tampoco podemos aislarnos. Debemos mantener la fe en la idea de que la vida, siempre da vueltas.

clarinerormr@hotmail.com

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