MACROSCOPIO

Los tabúes de las reformas

Humberto Preti

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Cuando comenzamos a analizar los puntos de discordancia en las reformas constitucionales nos damos cuenta de que hubo en la discusión parlamentaria puntos que fueron rechazados por intereses sectoriales como fue el caso del derecho de antejuicio, derecho que es prácticamente el escudo para mantener la impunidad de los funcionarios que delinquen de una u otra forma, lo que leas da alas a los corruptos para seguir haciendo lo que están acostumbrados a hacer. El espíritu de la ley del derecho de antejuicio se basaba en evitar que funcionarios de alto rango no fueran objeto de procesos por acusaciones espurias, pero no así por actos de corrupción demostrados, pero en fin el tema que en muchas mesas de diálogo de las reformas ni se tocó por considerarlo objeto de un análisis jurídico complejo y las mesas, debido a lo heterogéneo de su composición, no estaban en capacidad de hacer una propuesta de alta calidad jurídica y creo que el tema debe seguir en el tapete, pero acuñado por especializados juristas que encuentren una solución para la modificación de la norma.

Otro tema de controversia fue el del derecho indígena, que pretendía la creación de una legislación paralela, y lógicamente los que allí representaban a los pueblos indígenas eran algunos líderes comunitarios y oenegeros que viven del tema.

A un grupo de análisis estratégico llegaron algunas personas que retornaron de México después de la firma de los acuerdos de paz y veamos lo que uno de ellos dijo: “Como hijo de agricultores que tuvieron que emigrar a México por la guerra en territorios del altiplano, la familia regresó a Guatemala y se dedicó a trabajar. Víctor asegura que los jóvenes indígenas, a quienes conoce muy bien, no apoyan una reforma en favor de la justicia maya”.

Su análisis está motivado por su experiencia y trabajo en las comunidades. Al parecer, los consejos de Ancianos están perdiendo su autoridad porque ya no responden a los intereses de los jóvenes. Son estructuras anquilosadas, copadas por grupos de familias poderosas dentro de la comunidad. Los jóvenes no quieren vivir como sus ancestros; quieren progreso y oportunidades. La agricultura ya no representa un estímulo para su futuro. Las costumbres ancestrales ya no son las de los jóvenes que representan la mayoría de la población indígena.

Según cuenta una anécdota, “un delincuente recibió varios azotes y fue humillado frente a toda la aldea. Tres días le duró la vergüenza. Luego salió a delinquir y a buscar quién se las pagaba”. Hacer justicia es algo muy serio, por eso los jueces tienen protección. No se puede ir azotando ladrones y esperar que estos se queden tranquilos.

Al palco del Congreso se hicieron presentes los representantes de los 48 Cantones de Totonicapán, pero no vimos jóvenes afuera apoyando la reforma. Al parecer, son los ancianos quienes promueven una ley que rescate su autoridad plagada de machismo, nepotismo y violaciones a los derechos humanos. Una ley que les sirva para mantener su statu quo.

Recordemos que los jóvenes son la mayoría y no están interesados en pertenecer a un mundo separado. Si así fuera los hubiésemos visto acercarse masivamente al Congreso o a las mesas de diálogo.

Muchos jóvenes en edad productiva están integrados a la sociedad y han emigrado a lugares lejanos a su tierra natal, y lógicamente no querrán ser juzgados por leyes que difieran de un lugar a otro.

Otro tema es el del Consejo de la Carrera Judicial. Este debe ser perfectamente reglamentado, para evitar otro ente superior a la Corte Suprema de Justicia, que perdió su carácter de suprema al crearse la Corte de Constitucionalidad, que ahora es otro tribunal de amparo en casi toda sentencia de la CSJ.

Tenemos muchos tabúes en las reformas

induagro@yahoo.com

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