SIN FRONTERAS

Reflexiones que fijan una postura: #IvánSeQueda

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En este momento, encuentro una sola certeza en el país: Dos fuerzas se han chocado de frente. Una, respalda al comisionado Velásquez y a la fiscal Aldana, en su lucha contra la corrupción y la impunidad. La otra fuerza, no los respalda. Y en este momento, cada guatemalteco habrá de decidir a cuál de las dos posturas cree y apoya.

La primera fuerza es fácilmente identificable. Su posición es expresa y de frente. Ellos, abiertamente y por nombre, respaldan al Comisionado y a la Fiscal. El otro bando es más ambiguo. Entre ellos se observa a dos grupos: Quienes airadamente les repelen –cada uno con sus propios motivos-; pero también quienes solapan su rechazo. Y aunque buscan defenestrarles, su forma es oblicua y escondida. A ellos se les identifica, pues coinciden en expresar que “se debe apoyar a las instituciones y no a sus funcionarios”. Omiten mencionar el nombre de Iván y de Thelma. Y de forma sensacional, las dos comunicaciones oficiales del Gobierno esta semana, revelaron que el Ejecutivo es parte de este último clan.

Nos surge entonces la pregunta: ¿Apoyar al Comisionado Velásquez y a la fiscal Aldana, o apoyar al gobierno central y sus grupos afines? Paisanos, envío desde aquí, cuatro reflexiones sobre las que baso una postura:

I. No confío en un gobierno huidizo. Lo esquivo, es fiel presagio de mal. Estamos ante una terrible maraña, por causa del revelador silencio oficial. Esta crisis nació el martes último, cuando José Rubén Zamora publicó lo que hasta entonces era una hipótesis no demostrada; pero una que cargaba una acusación directa en contra del Presidente, y que de no ser cierta, constituiría una infamia. Ante esta, el silencio del supuesto ofendido muestra un mensaje. En palabras populares: cuando el Gobierno calló, otorgó razón a Zamora. Y a partir de entonces, toda conjetura fue su responsabilidad. Ahora se dice que hoy finalmente hablará el Presidente Morales. ¿Qué credibilidad podrá guardar este mensaje extemporáneo?

II. No confío en un gobierno que se defiende, atacando. Ante lo sucedido, se ha observado que la defensa del Gobierno está formulada en negativo. En lugar de un formato en positivo: “Respaldamos al Comisionado Velásquez”; o “Pedimos su salida, por tal o cual razón”, atacan a quienes se pronuncian ante el vacío que ellos mismos crearon. Lamentable fue cuando el vocero presidencial demeritó a la persona de la Fiscal General. Pero también peligrosos han sido los ataques contra la prensa, y este matutino en particular, llamando “vergonzoso y espurio” el trabajo de periodistas que procuran superar los obstáculos de información, tendidos por el Gobierno.

III. No confío en un gobierno que permite o que promueve el caos y la anarquía. El silencio oficial permitió una confusión nacional, que solo favorece a las estructuras que buscan impunidad e inmunidad. Estas siempre han requerido que los funcionarios les sirvan. Pero con la presión internacional, ahora se ha vuelto imposible destruir abiertamente el trabajo de la justicia. Alterarlo o debilitarlo, se convierte en la opción viable, y esto es lo que promueve el Gobierno cuando llama a que pensemos en instituciones y no en personas.

IV. No apoyo a un gobierno que deteriora nuestra imagen internacional. Imagino, con pena, cómo el mundo nuevamente ve preocupado el caso de Guatemala. En esta era que persigue la corrupción, el respaldo internacional es unánime a favor del señor Iván Velásquez. Es lamentable ver cómo el Presidente Morales careció de una política exterior, sustituyéndola con reiterados esfuerzos que el mundo asociará con nuestro oscuro pasado.

Con sus imperfecciones, veo el sendero trazado por Velásquez y Aldana como el único que ha encaminado al país hacia un rumbo más cierto. En lo personal me aferro a esa certeza, y me uno a las voces que llaman a exigir que se quede don Iván.

@pepsol

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.

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