Hoy 20 de agosto constituye una fecha por demás extraordinaria para quienes trabajan actualmente en este diario y los que laboramos con orgullo en diversas épocas pasadas. Prensa Libre se viste de gala al arribar triunfante a sus 64 años de innovador y actualizado éxito informativo en Guatemala, Centroamérica y la región latinoamericana. Las muchas anécdotas de tan noble, positiva y muy riesgosa labor periodística, coronadas en aquella casona, con su salón comercial, pequeñas oficinas, sala de redacción y taller en la parte interior, sustituida años después por el actual moderno edificio, están guardadas en un cofre dorado de gratos recuerdos.

Cinco inquietos jóvenes reporteros, años atrás, empezaron a soñar acerca de la posibilidad de fundar un periódico distinto en el país, difícil pero no imposible desafío, cuyo proyecto arrancó con un poco de temor, especialmente de carácter económico, pero el mismo caminó con mucha esperanza.

Un 20 de agosto de 1951 surge Prensa Libre, penetrando su imagen informativa en el mercado empresarial periodístico y atrayendo la atención e interés de los lectores, gracias a la visión y sólidas bases fijadas por sus creadores, periodistas Pedro Julio García, ponderado, objetivo, estricto, palabra precisa, discurso profundo, editorialista, director general y presidente del Consejo de Administración desde su fundación; Mario Sandoval Figueroa, famoso por el correcto uso del idioma español, serio, respetuoso y notable poeta; Álvaro Contreras Vélez, altruista, compositor, humorista, autor de la columna Cacto; Isidoro Don Chilolo Zarco Alfasa, visionario, empresario, columnista de Problemas y Soluciones, y Salvador Girón Collier, humilde, excelente trabajador, amante del deporte, bautizado como Cronista Deportivo del Siglo XX, todos ya fallecidos. Víctimas de la guerra interna del país fueron Don Pedro Julio y Don Álvaro, secuestrados, y Don Chilolo, asesinado. Mi homenaje póstumo, recuerdos y admiración para ellos.

Prensa Libre, a sus 64 años, está presente, fortalecida cada día por un personal responsable de reconocida vocación y creatividad periodística y humana, bajo la dirección del apreciable colega Miguel Ángel Méndez Zetina. Tuve la suerte de laborar en esta prestigiosa empresa durante 30 años, inicialmente como corresponsal de Chimaltenango y luego como reportero, redactor, fotógrafo, subjefe de información, jefe de redacción y director en funciones en algunas ocasiones, a mucho orgullo, cuando el mero jefe estaba ausente. Recuerdo con nostalgia mi columna Lente Callejero.

El recordado periodista José Santa Cruz Noriega (+), entonces jefe de redacción, fue quien me invitó y dio la valiosa oportunidad de acogerme al calor humano de este diario, cuando fungía como profesor de la escuelita Centro América, adscrita a la Escuela Normal Rural Pedro Molina, de la Alameda, Chimaltenango.