Q’A NO’JB’AL

Pueblo manda, ¡carajo!

Kajkoj Máximo Ba Tiul

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Qué institucionalidad vamos a proteger, si se rompió, cuando un puñado de políticos, aliados a algunos miembros de la clase económica y militares, decidió convertir al Estado no solo en un instrumento de dominación, sino en un medio para enriquecerse. Así como van las cosas, son pocos quienes se podrán salvar de ser responsables directos o indirectos de esta gran estafa que durante años, por no decir siglos, hemos estado viviendo. Siempre nos quejamos de que la policía nacional donde tenía que estar no estaba, que las medicinas deberían de estar en los hospitales, que las escuelas deberían de ser públicas, que las carreteras tenían que estar bien construidas. Pero no fue así, porque quienes capturaron o secuestraron la democracia y el Estado, lo hicieron para vivir de ella y con ello contagiar hasta el más pequeño de los funcionarios públicos, para robar y estafar.

Nos enseñaron que los poderes del Estado son tres: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, pero nunca nos dijeron que también hay otros poderes que son invisibles: el Ejército, los medios de comunicación, las cámaras empresariales y las iglesias. Incluso en muchos momentos de la historia, nos impusieron autoridades y funcionarios públicos. Recordemos cuando nos impusieron militares como presidentes o empresarios. Nos decían este es el mejor, este resolverá sus problemas y más. También apellidos enteros se heredaban el poder.

Entonces en el imaginario y pensamiento de todos se nos impuso la mentalidad del patrón, del finquero, del militar, del cura, del empresario y nos infundieron la idea que este no va a robar porque es rico, este terminará con la delincuencia porque es militar, este nos dará trabajo porque es empresario, este sí nos atenderá bien porque es profesional y además habla español.

Tantas cosas nos dijeron para que no viéramos sus maldades. Para que no nos diéramos cuenta de cómo se enriquecían. E incluso nos dijeron que la única forma de llegar al poder era por la vía de los partidos políticos o comités cívicos, porque por la vía armada no era pacífica, pero mientras nos convertían en ciudadanos pasivos, ellos gozando a lo grande y todos nosotros jodidos.

La institucionalidad que ellos cuidan, ahora, es la que nos hizo más pobres y a ellos más ricos, a nosotros sin comida y a ellos gordos, a nosotros sin medicina y ellos sanos. Pero nosotros con dignidad y valores y ellos ladrones y corruptos y eso nos hace fuertes.

Cómo es que nos vienen ahora a decir que no rompamos su institucionalidad cuando ellos mismos lo echaron a perder.

No se debe tolerar que sigan en el poder quienes durante muchos años nos han engañado y robado, pero tampoco debemos de aceptar que un grupo de ricos nos vengan con el cuento de que no se suspendan las elecciones porque no es recomendable o que los cambios sean para dentro de cuatro años. Aquí el pueblo manda y punto.

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