UKEMIK NA’OJ

Sendas de libertad

Francisca Gómez Grijalva

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El pueblo multilingüe y multicultural guatemalteco ha despertado de ese profundo letargo en que estaba sumido, ha dado muestras contundentes de un despertar ciudadano enérgico. Por eso, cuando se hizo pública la desarticulación de la red criminal La Línea, no se conformó con expresar a través de las redes sociales su hartazgo e indignación ante la desmedida corrupción e impunidad y las políticas de expolio y explotación de la fuerza laboral que desangran a las mayorías excluidas en Guatemala. La ciudadanía se armó de valor y salió a las calles a exigir la renuncia del binomio presidencial.

Sin duda, el movimiento #RenunciaYa es una fuerza contagiosa que no solo se ha extendido hacia varios departamentos del país, se ha convertido en una fuerza social transfronteriza que ha tenido eco a nivel internacional; guatemaltecas y guatemaltecos que viven en Inglaterra, México, Argentina, Austria, Tanzania, Estados Unidos, entre otros, también se han sumado a la exigencia de la renuncia de Baldetti y Pérez Molina por los altos niveles de corrupción, represión e impunidad que ha caracterizado a su gobierno.

Tras la renuncia de la ex vicepresidenta Baldetti Elías, la ciudadanía guatemalteca ha logrado dar un primer paso decisivo; con ello ha mostrado su fuerza poderosa, creativa, aglutinante, perseverante y pluralista, que se vio reflejada en las manifestaciones pacíficas del 25 de abril, 2, 8 y 9 de mayo, así como la inmensa y plural marcha del 1 de mayo y la acción de protesta que realizaron los 48 cantones maya k´iche´ de Totonicapán el 4 de mayo.

Con esas acciones político-reivindicativas la ciudadanía está demostrando que no se conformará con la renuncia de Baldetti; eso fue evidente el vienes 8 de mayo por la tarde-noche y el sábado 9 por la tarde. Para la ciudadanía ha quedado claro que ella no es la única presunta implicada en la estructura criminal de defraudación fiscal y contrabando, tampoco es la única que se ha enriquecido ilícitamente. El presidente Otto Pérez también puede estar implicado y ser tan responsable del monstruoso descalabro de las arcas del Estado.

Las manifestaciones continuarán, que no le quede la menor duda al señor presidente. La convocatoria para la manifestación pacífica programada para el 16 de mayo se mantiene y se espera que la ciudadanía otra vez salga a las calles a demandar la renuncia de Pérez Molina y a expresar su rechazo a la represión, las injusticias sociales, la impunidad y los deleznables actos de corrupción.

Con ese enérgico y pluralista despertar, miles de ciudadanas y ciudadanos han expresado que no descansarán en sus demandas hasta que no se realicen reformas de fondo en las estructuras del Estado guatemalteco: sistema de partidos políticos, sistema económico, Policía Nacional Civil, Ministerio Público, Ejército y organismos Ejecutivo, Legislativo y Judicial, donde las redes criminales se enquistaron desde hace décadas.

Ahora bien, esta efervescencia social y pluralista puede converger en una plataforma que aglutine las voces críticas y convertirse en un actor social capaz de articular la indignación en propuestas que conduzcan a acciones concretas.

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