CON NOMBRE PROPIO

Tarea pendiente

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Las hojas de los diarios y las horas en la radio y televisión tocan dos temas principales, el primero es el relativo a la justicia. Se cubren los hechos del día o bien los esfuerzos para forjar un mejor sistema; el segundo punto en que gira la esfera mediática son los escándalos por corrupción o abuso. El Congreso tiene su gran cuota de titulares, pero los otros organismos aportan su parte.

La justicia es básica para lograr una convivencia pacífica y la lucha contra la corrupción es fundamental para crear un Estado de Derecho, no se trata en estas líneas de bajar un ápice su importancia, pero sí aflige que estemos tan metidos en el día a día y enfocados en tan solo estas aristas que perdamos el norte de hacia dónde queremos construir políticas de desarrollo y sobre todo cómo edificaremos una cultura para la paz.

En Guatemala, las noticias son tan sorprendentes que olvidamos que los grandes temas, como lo son educación, seguridad y salud, son estructurales y se requiere, sobre todo, de una masa informada y crítica para exigir que las autoridades se ocupen de construir condiciones para las próximas generaciones, lo cual no ha existido.

La política social del anterior gobierno sirvió de gaveta de tienda para muchos, pero lo más difícil es que desconocemos la de este gobierno, escuchamos esfuerzos de coyuntura en educación y salud, pero es una gran incógnita cómo se construirá una nueva perspectiva de país, y salvo algunas pinceladas expuestas por Gobernación y Finanzas, no hay más horizonte que las noticias del día siguiente.

Después de una marcha por el agua, por ejemplo, sobre todo con el esfuerzo de algunos medios para invisibilizarla o para exponer falacias en columnas de opinión sobre la misma, deberíamos conocer cuál de las propuestas de ley es apadrinada de forma oficial por el Ejecutivo. El agua es la principal fuente de conflicto para el futuro. ¿Hacemos algo para arreglarlo?

Veamos otro ejemplo fácil, tenemos 30 años de tener el mismo grupo bajo el Gobierno en la ciudad capital y la basura se maneja sin mayores cambios. En la zona 3 se vierten desechos de otros municipios y no hay ninguna coordinación municipal con el gobierno central. Cuando es un tema de sobrevivencia, no existe interés para cambiar de tajo el horror y así condenamos a miles de personas a seguir con su experiencia de vida como hasta ahora, porque si en la capital la cosa está como está, imaginemos los lugares remotos. La basura en otras latitudes es una gran fuente de oportunidad y nosotros tenemos una muestra de miopía criolla.

La salud pública no se enfrenta y modifica sólo con medicinas y doctores, la educación no se cambia solo con escuelas y maestros. Hay miles de actividades que hacen falta para crear condiciones para adoptar verdaderos mecanismos de movilidad social que le permita a la gente salir de la pobreza. La educación superior enfrenta una crisis descomunal y nadie dice una coma porque quienes ostentan sus cuotas de poder no dejan.

Los cambios son conquistas y con estas políticas que tienen como efecto marginación, abuso, explotación y sobre todo muerte como amenaza diaria, por la causa que sea, no existirán oportunidades para las nuevas generaciones.

La masa crítica que lee periódicos y que se informa debemos ser más incisivos y más constantes para empujar a los gobiernos locales y las autoridades nacionales. Si esto no pasa, solo veremos presidentes pasar y nada cambiar. La democracia exige resultados o ya no tarda en salir algún caudillito, que en nuestro país las ínfulas de dictador son peste.

abalsells@ea.com.gt

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.