REGISTRO AKÁSICO

Un buen analista

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El fallecimiento de Rodrigo Alfonso Ponce Chavarría ha causado gran abatimiento entre los intelectuales críticos. La valentía, el inconformismo y la limpieza de propósitos que mostró son escasos entre las personas con vocación a participar en la vida pública.

Quizás haberse formado en la Usac hizo que fustigara a la hipocresía de izquierda. Abiertamente manifestó la inconsistencia de sus plataformas, análisis retorcidos y patrañas para esconder su verdadera posición derechista y la impostura de servir a las necesidades de la población necesitada.

Universitario honesto, en su calidad de representante ante la Junta Monetaria, no dudó en apoyar a su alma máter cuando se discutió una política de recortes y austeridad que la hubiere puesto en un brete difícil de superar. En lugar de agradecimiento, recibió injurias del personal universitario y del oportunista rector, que deseaban quedar bien con el Cacif.

Manifestó rechazo a los personajes que suelen generar lugares comunes y juicios tontos, los que a fuerza de repetirlos se convierten en el cotorreo de los insensatos. Tuvo una especial virtud, consistente en recordar nombres, circunstancias y vidas de personajes, para descubrir políticos corruptos que se rodean de un halo de sabiduría o sagacidad que esconde actuaciones deleznables.

Partidario de la paz, participaba críticamente, para impulsar medidas que la aseguraran.

Gran trabajador, cumplía horarios, entregaba productos pactados en los contratos por servicios profesionales y rechazaba el ocio. Fue maestro en ocho universidades del país y jamás ningún alumno se quejó de falta de excelencia didáctica o de conocimiento. Le robaba tiempo al descanso para escribir artículos que ilustraban sobre política o moral pública.

No entendía la independencia en la comunicación social, aunque jamás pidió censura; sí manifestaba su enojo ante criterios interesados que distorsionaban o exponían intereses espurios. No aceptaba el derecho de los descarados y corruptos a exponer sus puntos de vista, pues temía que se pudiese engañar a la ciudadanía ingenua y sencilla.

Los mediocres, en especial la gavilla de neoliberales que repiten como loros postulados disolventes de cualquier solidaridad social, salvo su propio interés, le reñían que no odiara a los socialistas. Su formación le permitía descubrir a dirigentes de izquierda honestos pero, sobre todo, ilustrados e inteligentes. Nunca escondió su cercanía militancia partidaria o asesoría a partidos de la derecha. Al contrario, era un interlocutor leal que sabía apartar lo político de las demás esferas humanas. Por eso, era una persona agradable y sincera, que podía discutir con personas de izquierda, medidas de gobierno para establecer su alcance de manera imparcial y objetiva.

Sus hijos habrán de valorar su memoria, seguir su ejemplo y buscar honrar su nombre. Que descanse en paz.

http://registroakasico.wordpress.com

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.