VENTANA

Venerable visita

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Hace unos meses un amigo me preguntó si me gustaría entrevistar a un venerable lama tibetano, de la categoría del Dalai Lama, que vendrá a Guatemala a finales de mayo para impartir la conferencia: “¿Cómo enfrentar las dificultades con no-violencia y meditación?”. Posteriormente este sabio maestro guiará un retiro que versará sobre “El arte de vivir y de morir conscientemente”. ¡Accedí inmediatamente! No conozco mucho sobre el budismo, pero sé que meditar contribuye a generar un estado de paz interna. Los altos niveles de violencia cotidiana en Guatemala nos afectan. Nos generan mucho estrés. Vivimos como si la espada de Damocles caerá sobre nuestras cabezas de un momento a otro y ello estimula actitudes temerosas, ansiosas, agresivas. ¿Quiénes “pagan el pato”? Nuestras familias, nuestros compañeros de trabajo, el vecino…

El miedo propicia el ciclo negativo de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones. Podemos reducir nuestras actitudes violentas si aprendemos a manejarlas. “Con ello estaremos contribuyendo a la paz de Guatemala y del mundo”, susurró el Clarinero. Recordé la frase de Gandhi: “Si no estás en paz contigo mismo, estarás en guerra con todo el mundo”. La meditación es la mejor vía para detener el monólogo interno que nos atormenta desde la mañana hasta que nos vamos a dormir. Al meditar nos conectamos con nuestro ser que estimula sentimientos de amor, generosidad, compasión, creatividad.

Acudí a Casa Tíbet Guatemala porque quería conocer más sobre la venerable visita de Su Santidad, Drikung Kyabgön Chetsang Rinpoche. Allí conocí a su director y maestro residente, Andrés Montano, con quien conversamos sobre budismo y meditación. ¿Cómo es que este venerable monje viene a Guatemala si somos un país eminentemente cristiano? Andrés respondió: “Las meditaciones budistas nos pueden ser muy útiles. No necesitamos abandonar nuestras creencias religiosas. La meditación no funciona porque creo en algo, sino porque familiarizo mi mente con algo positivo. Es adquirir un buen hábito, como cuando nos ejercitamos físicamente a diario. La meditación nos ayuda a lograr estados mentales positivos, de armonía y serenidad”.

Andrés me contó que el venerable maestro se referirá a cómo la felicidad no radica en no tener problemas, sino en cómo desarrollar nuestra mente para transformar las dificultades en algo que nos cause felicidad. Para los monjes tibetanos, la mente es espontáneamente dichosa si no se la fuerza. Es como el agua, si no es agitada, es de por sí transparente y clara. Comparan la mente en meditación con un jarro de agua fangosa: “Cuanto más dejamos el agua sin tocarla, sin removerla, más se hundirán hacia el fondo las partículas de tierra, permitiendo que se manifieste la claridad del agua. A ese estado le denominan morar en calma”. La meta es lograr integrar a la vida cotidiana ese estado sereno, relajado, pero alerta a la vez. La claridad mental es el mejor estado para la toma de decisiones diarias.

La conferencia será el jueves 28 de mayo, en el Teatro Lux, Sexta Avenida 11-02, zona 1. Hora: 6 a 8 p.m. Donación: Q95. “Somos más que simples cuerpos que al morir desaparecen”, susurró el Clarinero.

 clarinerormr@hotmail.com

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