Revista D

Recordando a Saramago

Se formó en una biblioteca pública de su barrio y trabajó en un taller para contribuir con los gastos de su casa.

Saramago ha sido el único Premio Nobel de Literatura de la lengua portuguesa. Se lo entregaron en 1998 (Foto Prensa Libre: Ernesto Rodrigues).

Saramago ha sido el único Premio Nobel de Literatura de la lengua portuguesa. Se lo entregaron en 1998 (Foto Prensa Libre: Ernesto Rodrigues).

Poeta, novelista y pobre. Estas tres características incidieron para que la obra de José Saramago expresara una fusión entre preocupación social y gran exigencia estética.

Hasta hoy, el autor de Levantado del suelo ha sido el único portugués ganador del Premio Nobel, el cual le fue entregado en 1998. Lejos quedaban, entonces, aquellos años de pobreza, de cuando era un sencillo hijo de campesinos sin tierra.

Saramago nació en 1922 en Azinhaga, Ribatejo, Portugal, a unos cien kilómetros de Lisboa. Junto a su familia emigró a la capital cuando solo tenía tres años.

El novelista se formó en una biblioteca pública de su barrio mientras trabajaba en un taller, después de abandonar la escuela para contribuir con los gastos de su casa. Para entonces ya faltaba su hermano Francisco, dos años mayor que él, y que había fallecido poco después del traslado a Lisboa.

Esa etapa de su vida, su infancia, la escribió en su libro Las pequeñas memorias. En su novela Levantado del suelo (1980) relata todos los problemas que pasaban los pobladores del Alentejo en su lucha por sobrevivir.

Esta obra no fue la primera, pero sí su primer éxito. Antes, en 1947, publicó Tierra de pecado, que fue su debut como novelista. De ahí hubo un silencio de 30 años, pues volvió a hacerlo hasta 1977 con la novela Manual de pintura y caligrafía.

En esas tres décadas de silencio trabajó en áreas administrativas, como empleado de seguros y en una editorial. Por esos años, también, estuvo casado con su primera esposa, la pintora Ilda Reis, de quien se divorció en 1970.

Además, publicó tres poemarios y se afilió al Partido Comunista, el cual trabajó en la clandestinidad durante la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar. Saramago, asimismo, ya se había consagrado como periodista.

Tras Levantado del suelo vino Memorial del convento (1982), que lo consolidó en el ámbito de la lengua de portuguesa.

En 1984 llegó a las estanterías de las librerías El año de la muerte de Ricardo Reis, centrada en la figura de Fernando Pessoa, uno de los grandes poetas del Portugal moderno. Con esta obra, Saramago cobró fama internacional.

En aquellos años, el escritor portugués daba consejos para comprender sus libros —algunos decían no entenderlos porque había mezcla de voces y ausencia de marcas convencionales en los diálogos—. Saramago les decía “léanlos en voz alta”.

Desde entonces, la actividad creativa del autor se fue para arriba. Escribe novelas, diarios, obras de teatro e, incluso, un blog.

En 1991 lanzó uno de sus libros más polémicos: El Evangelio según Jesucristo. Tal fue el escándalo que se armó que el gobierno de su país se negó a presentar esa obra para el Premio Literario Europeo.

En el 2009 volvió fuerte con Caín, de gran carga religiosa que molestó a los jerarcas católicos de Portugal.

Otra de sus obras reconocidas es Ensayo sobre la ceguera, que relata la epidemia que convierte en ciegos a los habitantes de una ciudad.

A partir de entonces marca una nueva etapa, pues reflexiona sobre el consumo, la sociedad de las masas, el sistema democrático o la idea de la muerte. Mucho de esto nació después de hacerse la pregunta “¿Qué pasaría si?”

Esto se ve reflejado en novelas como El hombre duplicado, Ensayo sobre la lucidez y La caverna.

Saramago murió, a los 87 años, en Lanzarote, España, el 18 de junio del 2010.

Por esos días escribía un nuevo libro —llevaba tres capítulos—, el cual este año fue publicado de forma póstuma; lleva por título Alabardas y trata sobre el tráfico de armas.

Con información de ElPaís.com y Editorial Alfaguara.

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