Revista D

Efemérides sancarlistas

Este mes se cumplen 334 años de que la Usac abrió sus puertas, y 339 de haber sido fundada.

Primera sede de la Usac, Antigua Guatemala<br _mce_bogus="1"/>

Primera sede de la Usac, Antigua Guatemala

Hace 334 años la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) abrió sus puertas por primera vez con una matrícula de 60  estudiantes  —7 de enero de 1681—, pero los profesores nombrados de forma interina no impartieron clases, lo que causó que los inscritos en Leyes y Derecho Canónico protestaran. El conflicto se solucionó el 10 de febrero con el nombramiento del  licenciado Antonio Dávila Quiñónez para la cátedra Prima de Leyes.

Sin embargo, la fecha de fundación de la Usac a la vida académica data de un lustro antes, cuando el rey de España promulgó el 31 de enero de 1676 la Real Cédula de Fundación de la Universidad, pero esta llegó a la Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala hasta el 26 de octubre de ese mismo año, es decir, ocho meses y 26 días después de su promulgación.

 Larga Historia
La Real Cédula contenía un extenso relato de las gestiones efectuadas durante más de un siglo por el Obispo Francisco Marroquín y otras instituciones como el Ayuntamiento de Santiago, la Real Audiencia, varias  órdenes religiosas y fray Payo Enríquez de Rivera, quien en 1659 envió un informe donde hacía ver la importancia de fundar una universidad.

La primera solicitud de fundar un centro de Educación Superior la hizo el Obispo Marroquín el 1 de agosto de 1548 ante el rey de  España Carlos II, en la que pedía: “… que se asiente un estudio a manera de universidad en esta Ciudad de Santiago de Guatemala, que es la más a propósito de todas estas Provincias, mayor y más abundante y de mejor temple para el estudio”.

La  Cédula  explica que se llamará San Carlos en “atención y buena memoria de haberse creado por mí Carlos II“. También aclara que no era solo para beneficio de los  hijos de los conquistadores y criollos sino “…para alivio y consuelo de los vecinos y naturales de ella”.  Y, en el supuesto de que alguien tuviera la menor duda, agrega que “…los indios pueden y deben ser admitidos a matrícula y grados”, aunque  excluía a negros y otras “castas”.

Era autónoma, sujeta únicamente al Real Patronato, que la obligaba a reconocer al rey como su fundador y a esculpir las armas reales en el frontispicio.

Previo a la Usac
Durante el periodo entre la petición de Marroquín y la fundación de la Usac se establecieron colegios de Artes, Teología y Filosofía, de los cuales el primero fue el Colegio de Santo Tomás de Aquino, fundado en 1620 gracias a los bienes que el Obispo Marroquín heredó en 1563 para ese propósito.

En el inicio del siglo XVII, la Orden de la Compañía de Jesús instauró el Colegio de San Lucas, al cual le siguieron el Colegio de Santo Domingo y el Tridentino, todos estos establecimientos ostentaron las primeras autorizaciones para otorgar grados universitarios ante la ausencia de una universidad

Orden en las finanzas
Una de las primeras tareas que debía llevarse a cabo luego de la fundación de la Universidad era poner en orden las fuentes financieras y el encargado de esta tarea fue el Oidor Francisco de Sarassa y Arce, quien se dedicó a cobrar las deudas que tenían todas las clases sociales y que, en algunos casos, era de varias décadas.

De Sarassa logró recuperar el dinero suficiente para que la universidad pudiera funcionar sin mayores contratiempos y con el excedente de los fondos propuso que se fundara un colegio de becarios para cumplir en esa forma con la voluntad del obispo Marroquín.

La  herencia del Obispo, que consistía en los réditos del pueblo de Jocotenango, sirvió para financiar el Colegio Santo Tomás. Tales rentas resultaron insuficientes; sin embargo, a estas se añadieron las donaciones, en 1620, de Sancho de Barahona y su esposa Isabel de Loaiza. Y en 1646 la aportación de 40 mil pesos hecha por Pedro Crespo Suárez.

Primeros conocimientos
Las primeras cátedras que se impartieron en la Usac fueron Prima de Leyes, Instituta, Prima de Teología, Vísperas de Teología, Prima de Filosofía, Prima de Medicina y Prima de cakchiquel.
Era una novedad en la Enseñanza Superior la cátedra de Medicina, y la de lenguas indígenas en la que se intentaba también enseñar “lengua mexicana”.

Las cátedras eran otorgadas por oposición y la primera vez se anunciaron en Guatemala y en México, de donde vinieron varios candidatos. Para ingresar se debía conocer el  latín, pues la docencia, salvo la de lenguas indígenas, se atendía en dicho idioma.

El primer grado que se podía obtener era el de bachiller en Artes. Después se lograba la licenciatura, que no pedía nuevos estudios, sino trabajos y exámenes dirigidos a constatar la madurez del graduado y la terminación de un tiempo de pasantía. El examen se llamaba de la “noche fúnebre” y constaba de una disertación, una parte de interrogación, y otra de libre discusión.

El grado doctoral no requería exámenes, pues era más bien un acto protocolario. Con un cortejo a caballo, acompañado de trompetas, chirimías y atabales. El doctorando y las autoridades iban a la Catedral, donde se oficiaba una misa y se efectuaba el acto de investidura.

La Usac alcanzó su plenitud académica cuando le fue conferido el rango de Pontificia, es decir, la potestad de enseñar las diversas expresiones del pensamiento católico. También le confirmaron  todos los derechos que tenían las universidades de México y de Lima, y a sus graduandos el derecho de incorporarse a cualquier universidad del mundo. Desde el 18 de junio de  1687, según la bula Ex-Suprema, el título completo de la entidad fue Real y Pontificia Universidad de San Carlos.

Fuentes: Historia General de Guatemala Tomo II/ usac.edu.gt/periodico.usac.edu.gt

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