Tristemente, todo se le complicó a esta joven madre a raíz del accidente. Hace algunos meses empezó a convulsionar, y en el hospital ha costado mucho que le hagan los exámenes que necesita y no le han indicado la causa de los ataques. Pero Mercy lo único que desea es estar mejor para seguir luchando por sus hijas, que la necesitan tanto, y no quiere ser una carga para nadie.

Todo ha sido un proceso doloroso para ella, porque se ha visto afectada también por depresiones, al ver su dura situación. Pero en medio de todo, vislumbra una esperanza para seguir siendo útil. Y esta es parte de la historia de Mercy Jeanethe Rivera Galicia, cuya vida cambió por la irresponsabilidad de un automovilista que manejaba a excesiva velocidad a inmediaciones del puente Belice, dejando así a una joven trabajadora abandonada a su suerte.

Hablar de caridad, de amor al prójimo, de servicio al necesitado, en estos días previos a la Navidad, es el sentimiento más noble que mueve a las almas buenas. Sí, es ahora cuando más deseamos hacer una obra de verdadero amor, más que todo en el nombre de Dios. Y solo quiero decirles a estas almas solidarias, que hoy han leído la historia de Mercy, que esta es la oportunidad que Dios les está dando para ayudarla. Soy optimista y sé que muchos corazones se moverán y que en este vaivén de carreras encontrarán un tiempo para Mercy, antes de Nochebuena.

Alguien —que puede ser Cristo Jesús— me dice en la intimidad de mi alma que este mismo día ella recibirá la buena noticia de que tendrá esa cantidad que necesita para su prótesis y las medias de silicón. Con la premura le han tramitado a Mercy Jeanethe Rivera Galicia una cuenta de ahorro de Banrural, #4745015171, para que de esa manera pueda recibir la ayuda y que las personas que tengan en su corazón el llamado de ayudarla puedan hacerlo de manera rápida y segura. El número de teléfono he preferido no publicarlo. Sin embargo, pueden llamar al 2412-5600, donde Mercedes puede dar más información.