Escenario

Primera clonación de un caballo en Latinoamérica

El laboratorio argentino Bio Sidus anunció hoy que logró la primera clonación de un caballo en América Latina a partir de células de la piel de otro ejemplar de la raza Ñandubay, con el fin de otorgar capacidad reproductiva a estos equinos utilizados en pruebas deportivas, como el polo y el salto.

El caballo clonado, bautizado como “BS Ñandubay Bicentenario”, nació a principios de agosto tras más de un año de investigaciones y goza actualmente de “perfecta salud”, explicaron los impulsores del proyecto en una rueda de prensa el pasado martes en Buenos Aires.

La clonación otorga capacidad reproductiva a los caballos

La particularidad de la clonación es que otorga capacidad reproductiva a los caballos de la raza Ñandubay sin que pierdan sus habilidades atléticas, que son su principal atributo y los hace muy apreciados para la práctica del polo y el salto.
“Muchos jinetes deciden castrar a sus caballos cuando son jóvenes para que tengan mayor rendimiento deportivo, pero más tarde cuando el caballo ha alcanzado su plenitud física lo lamentan porque no pueden tener crías”, explicó Daniel Salamone, investigador de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que colaboró en el proyecto.

En este sentido, el laboratorio se muestra confiado en que el hallazgo tenga una buena acogida en el importante sector equino argentino, ya que “muchos jinetes” recurren a firmas biotecnológicas estadounidenses, canadienses e italianas que lograron con anterioridad clonaciones similares, relató Salamone.

La clonación se inició con las células de piel de otro caballo Ñandubay

La clonación del potro “BS Ñandubay Bicentenario” se inició con la obtención de células de la piel de otro caballo Ñandubay que fueron posteriormente “cultivadas” en laboratorio y luego fusionadas a un óvulo de una yegua donante, a la que previamente se había retirado su material genético.

La célula resultante de esta fusión celular fue activada para obtener un embrión que al cabo de nueve días fue transferido al útero de una yegua receptora, que había sido preparada hormonalmente para recibirlo, señaló el director ejecutivo de Bio Sidus, Marcelo Criscuolo.

El embrión clonado se desarrolló satisfactoriamente en la yegua receptora, que parió al cabo de 340 días en un centro de salud equina a las afueras de Buenos Aires. Posteriormente un laboratorio de la universidad estadounidense de California certificó que los perfiles genéticos del nuevo caballo y del ejemplar donante eran “totalmente idénticos”.

De este modo, el caballo clonado posee las preciadas habilidades atléticas de la raza Ñandubay y dispone de capacidad reproductiva, con lo que podrán obtenerse equinos con las mismas dotes. El investigador de la UBA se mostró partidario de utilizar estas técnicas para la clonación de otros animales y en nuevas investigaciones científicas.

En este sentido, explicó que la clonación del caballo tuvo “mayor dificultad” en la obtención de las células y en su proceso de unión que en el caso de los vacunos, que Bio Sidus clonó por primera vez en Latinoamérica en agosto de 2002.
Poco más de un año después, en septiembre de 2003, nació “Pampa Mansa”, genéticamente modificada con la inserción de la hormona de crecimiento humano para elaborar remedios contra el enanismo.

En diciembre de 2004 llegó además “Pampero”, el macho clonado que asegura la perpetuación de la especie transgénica por medio de un programa constante de obtención de semen, que puede guardarse en nitrógeno líquido