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Mariposa monarca se recupera en México, pero sigue en riesgo

Las mariposas se han visto muy afectadas por la pérdida de su medio ambiente natural en los Estados Unidos, y la tala ilegal de bosques en México y por el cambio climático.

Mariposas monarcas durante el fin de su migración en un área protegido del estado de Michoacán, México.  Foto Prensa Libre: fundación WWF-Telcel (Foto Prensa Libre: EFE)

Mariposas monarcas durante el fin de su migración en un área protegido del estado de Michoacán, México. Foto Prensa Libre: fundación WWF-Telcel (Foto Prensa Libre: EFE)

MEXICO- El número de mariposas monarca que hibernan en México aumentó un 68,7 por ciento desde el mínimo histórico al que había caído en el 2014, el peor de los que se tiene registro, aunque su número sigue siendo muy bajo.

Cada año vuelan desde Estados Unidos hacia México en búsqueda de los mismos bosques de coníferas en los que sus antepasados hibernaron en un movimiento migratorio sorprendente ya que ninguna mariposa logra hace el viaje dos veces y se desconoce la manera en que encuentran el camino.

El año pasado las mariposas sólo alcanzaron a cubrir 0,67 hectáreas de territorio, la menor superficie desde que en 1993 comenzó a medirse su migración. Debido a que se reúnen agrupadas en grandes racimos que cuelgan de las ramas de los árboles, se las cuenta por el área que cubren y no por el número de individuos.

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La mejora de cifras y extensión de bosque cubierto en 1015 ha llegado a 1,13 hectáreas, según el censo elaborado por las autoridades medioambientales mexicanas y los científicos que investigan a esta llamativa especie de mariposas que se caracterizan por su color, una combinación de naranja y negro.

“Por supuesto que es una buena noticia que el área de bosque ocupado por las monarcas este año haya aumentado”, dijo Omar Vidal, responsable de World Wildlife Fund en México. “Pero seamos claros, 1,13 hectáreas es muy, muy poco y es la segunda cantidad más pequeña de bosque cubierto de mariposa que hemos visto en 23 años de estudio”.

El mal tiempo, la contaminación y la deforestación provocó una reducción drástica de la mariposa monarca en su migración de Estados Unidos a México. Foto Prensa Libre: fundación WWF-Telcel / EFE

En su mejor año registrado, 1996, las monarca cubrieron más de 18 hectáreas de una cadena montañosa al oeste de la capital mexicana. Lincoln Brower, un conocido entomólogo de la Universidad de Sweet Briar, en Virginia, ha escrito que “si la superficie es menor a 2 hectáreas, siguen en situación de riesgo y se mantiene la preocupación” al tiempo que señala que cuando la población de mariposas llegue a cubrir entre cuatro y cinco hectáreas “podríamos estar ante la muestra de una recuperación significativa”.

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La población ya había caído en picado para recuperarse después en otras ocasiones. El invierno especialmente frío y lluvioso de 2001 mató millones de mariposas, lo que provocó que los científicos temiesen que la población quedara seriamente dañada en 2002. Para su sorpresa, cuando regresaron, su número multiplicó por dos las cifras esperadas.

En 2004, el mal tiempo, la contaminación y la deforestación provocó una reducción drástica de su número, pero de nuevo, al año siguiente la población aumentó de nuevo.

En todo caso, la tendencia desde 1993 marca un declive continuado y sin pausa de la población de mariposa monarca en México; cada vez que su población se recupera, lo hace a niveles menores de lo esperado. En otros países su número se mantiene firme y su existencia no está peligro. Lo que se teme es que el fenómeno migratorio finalice si un número demasiado pequeño es el que emprende viaje.

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El clima templado de las montañas al oeste de la ciudad de México crea un entorno perfecto para las monarcas. Cada otoño, decenas de millones de ejemplares de esta criatura delicada vuelan miles de kilómetros agrupadas en nubes hasta los mismos lugares en los que se alimentaron generaciones precedentes de la especie. Una vez allí, se agrupan en las ramas de los árboles formando enjambres que van del negro al naranja.

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La migración es una característica heredada de la especie porque ninguna mariposa logra hacer el viaje de ida y vuelta. No se sabe a ciencia cierta cómo logran encontrar la ruta de regreso a las mismas laderas cada año. Algunos científicos han sugerido que la mariposa libera sustancias químicas que marcan la ruta y que si su número decrece demasiado, la ruta se difuminará y sus descendientes serán incapaces de regresar.
El frío y la sequía dañan a la población de mariposas y la tala ilegal de los bosques crea agujeros en el manto de árboles en el que se refugian de manera que la lluvia puede matar millones de ejemplares rápidamente.
Vidal dijo que “México ha detenido en gran medida la tala ilegal” en la reserva en la que se protege a la monarca pero que la pérdida de su hábitat natural en los Estados Unidos es un problema serio. El algodoncillo, su principal fuente de alimentación, está siendo amenazada por cultivos que resisten al uso de pesticidas.
“¿Son los Estados Unidos capaces de detener la pérdida del entorno en el que se alimentan por la erradicación de algodoncillo que generan los pesticidas y los cambios de uso de la tierra en el medio oeste? Esa es la pregunta que deberíamos hacernos todos”.  Con información de agencia AP.

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