Según un estudio publicado en la revista americana “National Academy of Sciences”, las muertes se producen por esfuerzos extremos consentidos por los animales para asegurar la calidad de su esperma durante el corto período de fecundidad de las hembras, una vez por año únicamente.
En el caso del antequino pardo y del phascogale, dos marsupiales de Australia, los machos “no aprendieron a repartir el esfuerzo en el tiempo, lo hacen repentinamente y en un lapso muy corto, por lo cual muere justo después”.
“Se reproducen durante 12 o 14 horas seguidas con un gran número de hembras, agotan sus músculos y sus tejidos, y gastan toda su energía para ser reproductores competitivos. Es la selección sexual”, indicó a la AFP Diana Fisher.