Vida

La Navidad es Cristo

Es tiempo de sensibilizar el corazón y pensar en los necesitados.

La fecha que se ha destinado para celebrar la Navidad se acerca más cada día, en medio de variados escenarios: compras, convivios, posadas y el bullicio de la gente en las calles, en los mercados y en los hogares. Pasado el 25 de diciembre, todo queda en suspenso, hasta despedir el año viejo.

Lo que no hay que permitir nunca, es llegar a un caos social como el que destruyó a Sodoma y Gomorra, por la maldad y la violencia. Los cristianos podemos celebrar la Navidad, sí, pero primero darle la honra, el poder y la gloria a Dios, por habernos enviado a su hijo, a un Salvador prometido, el Mesías, cuando Cristo vino al mundo a establecer un reino. Al recibirlo, estaremos suscitando el verdadero espíritu de la Navidad.

Pero es ahora, cuando estamos a las puertas de Navidad, cuando debemos reflexionar, para comprobar si con nuestra actitud de hoy, estamos viviendo esta fecha como verdaderos cristianos. Porque inconscientemente, podemos estar viviéndola como “una fiesta más”, apasionados por los regalos, con exceso de comidas y bebidas y sin pensar dónde se ha quedado Cristo y cuál es el verdadero propósito de esta celebración, porque no es solo saber que un día nació un niño llamado Jesús y que hay que celebrarlo, soltando al viento nuestros instintos.

Hay que preguntarnos si también nosotros estamos cayendo en prácticas equivocadas y en iniquidades, impulsadas por la violencia y el desorden.

Al escribir esta columna, también me ha nacido el deseo de compartir con los lectores, lo que se ha conocido como “Los 10 Mandamientos de la Policía de Houston”, que yo conocí hace muchísimos años. Hoy, los considero de mucha actualidad, apropiados para reflexionar en estos días de fin de año, especialmente para los padres de familia.

Estos son Los 10 mandamientos de la Policía de Houston:
 1. Desde la infancia dale a tu hijo todo lo que desee. Así crecerá pensando que el mundo le pertenece. 2. Si dice groserías, ríete, se creerá muy listo. 3. Jamás le digas “eso está mal”, pues podrías producirle complejo de culpabilidad.  4. Arregla todo lo que él deje en desorden, de este modo, tendrá la seguridad de que los responsables son los demás. 5. Deja que lea todo. Esteriliza su vajilla, pero permítele que su espíritu se alimente de obscenidades. 6. Discute con tu esposa delante de él. Cuando vuestro matrimonio se quiebre, ya no se escandalizará. 7. Dale todo el dinero que reclame. ¡Que no tenga que ganarlo! ¡Estaría bueno que tuviera las mismas dificultades que sus padres! 8. Que todos sus deseos se satisfagan: comidas, bebidas, comodidades… Lo contrario sería sentirse frustrado. 9. Pónganse los padres siempre a su lado contra los vecinos, contra los profesores, contra la policía ¡Contra todos! 10. Y cuando ya sea un perfecto granuja, apresúrense los padres a decir que ustedes ¡no han tenido la culpa!

Con esta reflexión les deseo a todos los lectores ¡Felices Pascuas y Feliz Año Nuevo!

rina.montalvo@gmail.com

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