CATALEJO

Resultado de ayer es fracaso de Torres

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Aunque Sandra Torres ocupó el primer puesto, el resultado de la elección de ayer comprueba el desencanto ciudadano, señalado por una participación aún menor de lo esperado. Torres y Alejandro Giammattei se acercan a la segunda vuelta como resultado de lo ocurrido el día de una elección tanto ilegal como ilegítima. Ilegal, de hecho, a causa de las numerosas acciones realizadas por las autoridades electorales, causantes de molestia, duda y desconfianza como no había pasado antes en las elecciones controladas por el Tribunal Supremo Electoral, pues esta vez actuó en forma sin precedentes. La molestia y de hecho el rechazo populares se incrementaron por esto y a la aumentada ausencia a las urnas se agregaron las condiciones del clima y sus lluvias y tormentas en buena parte del territorio nacional.

Tendrán bases quienes vean el accionar no solo del TSE sino del Ministerio Público, las cortes Suprema de Justicia y de Constitucionalidad como una manera de beneficiar la controversial candidatura de quien fue presidenta de hecho, pero también entonces a la vieja política, ahora complementada con factores nuevos como es el narcotráfico. Los cambios a la ley fueron diseñados para beneficiar a los candidatos y los partidos conocidos porque ya habían participado en numerosas ocasiones y con ello eran conocidos. A causa de esto, los participantes nuevos y con calidad personal lucharon con desventaja. En las encuestas, los electores ausentes fueron quienes manifestaron no estar seguros de por quién ir a votar. Escondieron su decisión de no ir, con el señalamiento de una duda de participación.

Se puede decir, sin temor, quiénes perdieron: primero, los guatemaltecos; segundo, el sistema electoral y tercero, el sistema legal. Se abre entonces una etapa nebulosa, pues los diputados tránsfugas reelectos continuarán sus negociaciones espurias, tradicionales y vergonzosas. De esta fecha al 11 de agosto puede haber ilegalidades y, sobre todo, inmoralidades, pero especialmente acciones de violencia. Mientras, el actual gobierno terminará de hundirse en el tormentoso mar del desprestigio iniciado desde el momento mismo de su inicio. Puede causar aún mucho daño al país, por las acciones de sus principales personajes, sobre todo diputados, para crear leyes inconvenientes y negativas, así como negociaciones espurias con quienes gobernarán la nación a partir del 14 de enero próximo.

El resultado de ayer es una derrota a una campaña política de la UNE, iniciada desde el momento de la acontecida en el 2015. Estaba dirigida a una victoria en primera vuelta, pero no fue suficiente la cosecha de los amargos frutos para el país de la cooptación de las principales instituciones jurídicas ya mencionadas, así como el logro de la participación de 19 aspirantes, de los cuales 14 no tenían la más mínima posibilidad de lograr 5% de votos, al tener como única oportunidad de sobrevivir la colocación de un diputado. Todo ello contribuyó al fracaso de ganar en primera vuelta. Los guatemaltecos cumplieron, aunque en notoria minoría, y se comportaron bien.

Fueron pocos los incidentes en los departamentos. La próxima campaña será dura y sin cuartel, con el empleo de las peores inmoralidades políticas y de otra índole, con el fin de revertir la repetición de la ola de votos en contra del 2015. El Gobierno, vale la pena repetir, tendrá tiempo para hacer negociaciones, oscuras o legales, a fin de poder actuar sin obstáculos. En el campo internacional deberá mejorar la imagen del país, ahora por los suelos a causa de los errores y actitudes absurdas del gobierno teóricamente presidido por Jimmy Morales. Es necesario condenar las campañas negras e insultativas realizadas a través de los nefastos y anónimos netcenters, así como de voces vendidas al mejor postor. En resumen, este proceso electoral está dejando amargura.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.

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