En primer lugar, debes saber que “el ser humano es el único que pierde el instinto de poder nadar, por lo que en los perros es casi natural nadar y patalean por reflejo, de igual manera levantan la cabeza y usan la cola como timón en el agua”, explica Lenin Paredes, veterinario de Arca de Noé.

Sin embargo, se puede fomentar el instinto y el gusto por el agua a partir de los seis meses de edad. En esta etapa sienten curiosidad, no tendrán miedo y, en aguas poco profundas, se les facilitarán los movimientos. Si la mascota se encuentra en una etapa adulta, no habrá perdido la capacidad para nadar, “pero la falta de costumbre hará que se canse más rápido o se le dificulte”, agrega el especialista.

También debes tener en cuenta que algunas razas son más propensas a disfrutar del agua, como las grandes tipo golden, labrador, pastor y las que tienen mucho pelo. Sin embargo, todo perro puede disfrutar de un baño en la piscina cuando se siguen las pautas indicadas.

CLAVES PARA UNA EXPERIENCIA AGRADABLE Y SEGURA

• La piscina debe ser poco profunda, de manera que la cabeza del perro pueda sobresalir del agua. Esto le ayudará a no sentir temor y conservar la calma al tener la capacidad de ver a las personas.
• Es mejor una piscina con agua aclimatada o tibia, ya que su organismo promedia entre los 37 y 38 grados Celsius, lo que puede hacer que rechace el agua fría.
• Puedes motivar a tu perro a introducirse al agua dándole premios o juguetes.
• El mejor horario para disfrutar de un chapuzón es por la mañana o por la tarde, evitando la exposición al sol cuando es más intenso, es decir entre las 11:00 y 15:00 horas. “Aun si el perro está dentro de la piscina, mantendrá la cabeza afuera del agua y podría sufrir insolación”, señala el veterinario.
• El tiempo recomendado para que la mascota esté dentro del agua es por periodos de media hora y el tiempo máximo en un día es de dos horas.

A TU PERRO, ¿NO LE GUSTA EL AGUA?

Si al llegar cerca del agua, ves que tu mascota se aleja y se rehúsa a meterse, no la fuerces. Algunos perros pueden tenerle miedo al agua, ya sea por alguna mala experiencia o porque aún no están familiarizados con ésta. Lo mejor es dejar que ellos elijan ingresar a su ritmo. Una vez dentro, si notas tu perro se acerca a la orilla de la piscina, se muestra desesperado, te busca, tiene una mirada de ansiedad o pánico, lo mejor será sacarle del agua.

Presta atención especial si luce cansado, disminuye la velocidad del pataleo, empieza a respirar por la boca o a hundirse (el cuello y la cabeza deben estar siempre arriba), pues podría correr riesgo de desmayo; de ser así, llévalo inmediatamente con un veterinario.

¿POR QUÉ LE HUYEN AL AGUA?

• Razas de nariz achatada con dificultad para respirar, como el bull dog.
• Perros con mucho pelaje que se hace pesado y les cubre los ojos, como chow chow.
• Mascotas con mala experiencia previa en el agua.
• Una mala inducción al momento de sumergirse en la piscina.
• Demasiado calor, agua muy fría o demasiado tiempo en el agua.

CHALECOS, JUGUETES Y TOALLAS

Es recomendable que la mascota lleve puesta una pechera o chaleco que le ayude a flotar y sentirse más segura. “Debe ser adecuado a su tamaño, ya que si le queda grande puede interferir al patalear; por el contrario, si es muy ajustado, puede cortar la circulación o el perro se puede acalambrar”, advierte Paredes.

En cuanto a los juguetes, es mejor llevar los favoritos de la mascota para que al tirarlos al agua se sienta motivada y se desvanezca el temor de introducirse en la piscina. No olvides llevar una toalla por dos buenas razones, explicadas por el veterinario: “al salir del agua va a sentir frío y al dejar que se sequen por sí solos pueden acumular cloro en la piel”.

Noé dice…

Los juguetes, pelotas y accesorios más recomendables para que tu mascota se divierta en la piscina son los que flotan, emiten sonidos o tienen sabores.