Guatemala

Coronavirus: En qué otros momentos de la historia de Guatemala se suspendieron las procesiones

En varias ocasiones, desde el siglo XVIII, las autoridades han promulgado modificaciones y suspensiones respecto a actividades cuaresmales.

Terremotos en el siglo XVIII destruyeron la actual Antigua Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Terremotos en el siglo XVIII destruyeron la actual Antigua Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El 14 de marzo, el presidente Alejandro Giammattei comunicó la suspensión de todo evento (público y privado) que conglomere a más de 100 personas. La medida ha sido promulgada a manera de disminuir la propagación del coronavirus.

De esa cuenta, las actividades religiosas también experimentarán el impacto de la decisión tomada por Giammattei. En el caso de la Iglesia católica, lo anterior tendrá efecto con la prohibición de las procesiones cuaresmales durante las próximas semanas. Giammattei instó a los religiosos católicos a vivir su fe desde el hogar, mediante Internet.

Esta no es la primera ocasión que las actividades cuaresmales se han visto modificadas por las autoridades. Historiadores y algunas publicaciones indican que hubo otras en 1718 y 1774.

La cancelación hace siglos  

Miguel Álvarez, historiador y cronista de la ciudad de Guatemala, narra que la primera ocasión en la que se suspendieron las procesiones fue en 1718. Esto se dio en ocasión al terremoto de septiembre del 1717, el cual destrozó gran parte del casco central donde se llevaban a cabo las actividades.

La mayoría de las procesiones fueron prohibidas ya que las autoridades previeron que los edificios en las vías principales -donde transitaban los cortejos- estaban debilitados y podían derrumbarse con facilidad.

56 años después, las actividades cuaresmales de 1774 también fueron suspendidas. En esta ocasión también fue como medida de seguridad pública por la destrucción que dejó en Santiago de Guatemala el terremoto de julio de 1773.

El cronista de la ciudad añade que, los altos mandos de la sociedad en ese entonces hicieron saber a la población del riesgo que implicaba que tantas personas conglomeradas corrían al transitar en las vías de la ciudad donde muchos edificios seguían con amenaza de desplome.

Álvarez cuenta que, pese a la situación, únicamente salió la procesión llamada de la Reseña, de Jesús de La Merced, el Martes Santo.

Fernando Urquizú, también historiador, comenta que debido al terremoto muchas estatuas en las iglesias quedaron destruidas. Esto impidió que eventualmente las imágenes religiosas salieran en los cortejos procesionales.

Otros acontecimientos

Urquizú comenta que siglos antes de los acontecimientos mencionados, se suspendieron los cortejos procesionales alrededor de 1542 debido a la inundación que destruyó la entonces capital del Reino de Guatemala, ubicada en el Valle de Almolonga. Esto sucedió durante la época de Francisco Marroquín, primer obispo del país.

En 1882 no se permitió realizar procesiones fuera de los templos. En ese entonces se llevaron a cabo dentro de las iglesias. Fue posible ya que las denominadas andas eran de cuatro brazos, y de un tamaño reducido, así como el de las estatuas montadas.

En el texto Fuentes documentales para la Semana Santa, Miguel Álvarez establece que el jefe político durante 1824, Alejandro Díaz, prohibió los disciplinantes y actos de penitencia pública, así como el uso de de capirotes durante las procesiones de Semana Santa.

Álvarez comenta que, a finales del siglo XIX, y como producto de la Revolución Liberal de 1871, también disminuyeron las actividades cuaresmales y eucarísticas. Se podían llevar a cabo dentro de los templos únicamente. Esto aconteción en el contexto de la transición de un Estado confesional a uno totalmente laico.

ESCRITO POR:

Alejandro Ortiz

Periodista de Prensa Libre especializado en temas sobre cultura y bienestar, con 5 años de experiencia.

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.