Tragedia
La situación de la septuagenaria se complicó hace unos días, luego de que la lluvia y el viento derribaron su champa, por lo que se tuvo que ir a vivir de manera temporal a la de su hermano, Peco, quien tiene 75 años y que se dedica a recolectar leña en el bosque, para venderla y recaudar Q45 a la semana.
Doña Tona, quien llora con frecuencia, comentó que fue madre soltera y que trabajaba en fincas de la costa sur en el corte de café. Su único hijo murió a los 17 años, al caer accidentalmente en un pozo. “Se llamaba Mario, lo cuidé hasta que falleció”, relató.
Su llanto muestra lo vulnerable que se siente ante las complicaciones que enfrenta a diario para subsistir, pues tienen claro que no hay quién le tienda una mano de ayuda.
Vecinos la apoyan
La residente Estela Hernández aseguró que cuando puede le hace limpieza en la casa y la baña, ya que la septuagenaria ya no puede movilizarse con facilidad. Añadió que a veces le lleva comida, porque también es de escasos recursos.
Hernández resaltó que le preocupa la situación de doña Tona, pues aunque tiene algunos sobrinos, no no se preocupan por ella. Además, criticó al Gobierno por entregar ayuda a quienes no la necesitan y dejan al margen casos como el de doña Tona y don Peco.