La mamá perruna vive con ella desde que esta tenía un mes de nacida. La crió con tortilla, concentrado y otros alimentos. Se volvió la alegría para los hijos de Marisol, Faby Luis, Jesús y Fernanda, quienes la llevan al veterinario cuando se hace necesaria la revisión de rutina.
“Estoy admirada por lo que observé. Estos casos solo en programas de televisión los había visto, que curiosos, no es como indican que se pelean como perros y gatos. Aquí la cosa es diferente, se adoran”, dijo Paulina Cortez, vecina de Paxcamán.
Pablo Caal, otro vecino, dijo “que es obra de Dios. En el mundo animal se puedo observar de todo, hay que consentir y querer a los animalitos. Ellos necesitan de un abrigo familiar, es una pareja que ha llamado la atención”.
Tres semanas después del último parto de Princesa, una niña les regaló a Panchita –la gata cachorra-, cuya mamá fue arrollada por un vehículo.
Gran sorpresa se llevó la familia cuando la metieron en una caja, a la que se acercó la perrita. De inmediato, Princesa empezó a acariciar y amantar a la gatita, lo que les permitió observar que entre dos animales de diferente especie nacía un verdadero amor de familia.
Tanto Princesa como Panchita juegan juntas y se ven contentas, comen y beben agua del mismo plato. La gatita se ha acostumbrado a comer tortillas, pan y alimento para perros. Por las noches, Princesa cuida de su cachorra para que otros gatos no la molesten. Duermen en una caja de cartón.