Manolo López, con su negocio en la zona 2, dijo que estas ventas le han caído “como anillo al dedo”, por la baja venta de madera que ha tenido en el primer trimestre del año.
Agregó que el quintal de aserrín oscila entre Q10 y Q15, según la calidad, y que la mayoría de personas que lo adquieren provienen de la zona costera.
Luis Rodas, dueño de un aserradero ubicado en la zona 7, expresó que este producto lo empezó a juntar desde diciembre del año pasado, para tener suficiente para estas fechas. “Grupos de católicos han comprado entre cinco y 50 quintales”, aseguró.
Rodas señaló que hay muchas hermandades que tienen que hacer hasta cuatro alfombras de gran tamaño.
Para Noé Xibir, miembro de la Hermandad del Señor Sepultado de la Catedral de Xela, dijo que la elaboración de una alfombra requiere de trabajo arduo, debido a que luego de haber comprado el aserrín hay que teñirlo de colores, según el diseño.