Sandra Díaz, madre de familia y originaria de Coatepeque, Quetzaltenango, dijo que fue alertada sobre la emergencia y tuvo que dirigirse a la escuela donde sus hijos estudian y recogerlos, por temor a un ataque armado o terrorista que pudiera poner en peligro sus vidas.
La guatemalteca añadió que tiene más de 15 años de residir en aquel país y mencionó que la comunidad latina se mantiene con temor por un posible ataque en las calles, escuelas o centros comerciales del lugar.
Agregó que las medidas de seguridad se han incrementado y que para recoger a sus hijos tuvo que presentar varios documentos de identificación, pues para evitar cualquier tipo de incidente las autoridades escolares no permiten que desconocidos se lleven a los niños.
Existe temor en latinos
Eduardo Velásquez, otro guatemalteco residente en California, dijo que el ataque hace unas semanas en San Bernardino, ubicado a 60 millas (96.56 km) de Los Ángeles, alertó a la comunidad latina y desde entonces se mantienen con miedo de que algo suceda.
Añadió que las fuerzas de seguridad han implementado muchos operativos en la zona aunque muchos pobladores han entrado en pánico, por lo que las autoridades han recomendado a las personas mantenerse en sus hogares.
Las autoridades subrayaron que se trata de una “amenaza no especificada”, si bien el periódico Los Ángeles Times indicó desde un primer momento, citando fuentes policiales, que se trata de una amenaza de bomba hecha a través de una llamada telefónica.
La decisión del cierre escolar se produjo después del atentado cometido el pasado día 2 en la cercana localidad de San Bernardino por dos supuestos simpatizantes del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que dejó 14 muertos y más de 20 heridos.