La “abuelita de los aguacates”, como es conocida, fue notificada el 4 de febrero sobre una supuesta deuda que podría causar su desalojo, pero ella guardaba los comprobantes del pago que cada día hace por el arbitrio del piso de plaza a la Municipalidad de Quetzaltenango.
La orden fue de la procuraduría de cobros, pero de acuerdo con el expediente sería en cumplimiento a un requerimiento de la dirección municipal de Abastos, oficina a la que los comerciantes responsabilizan del acto.
La mujer de la tercera edad tuvo miedo y preocupación porque le reclamaban el pago de Q4 mil 487.16, dinero que se comprobó es una deuda de la arrendataria anterior, Chávez López tiene documentos con los que prueba que cada día paga Q3 por usar el espacio para la venta de sus aguacates y otros productos como mangos.
“Quieren que yo pague la deuda de la señora, pero yo no tengo porque pagar, yo estoy pagando lo que estoy ocupando, diario estoy pagando, entonces no es justo lo que me están haciendo”, afirmó.
Chávez es comerciante desde hace 15 años y desde entonces ha pagado a la Municipalidad de Quetzaltenango, por el espacio en el que vende, más de Q15 mil.
La vendedora fue auxiliada por otros comerciantes quienes se indignaron de la decisión que tomó la comuna.
“Estamos para beneficiar y apoyar a las personas más humildes que no pueden defenderse, tenemos el claro ejemplo de la abuelita de los aguacates”, dijo Israel Xicay, presidente de la Asociación de Arrendatarios del Centro Comercial Municipal de Quetzaltenango.
La municipalidad se retractó de la decisión y quedó sin efecto la notificación, pero la mujer aún tiene miedo de perder su fuente de ingresos. “Por favor ya no me vayan a molestar”, indicó.
Chávez no tiene hijos y es analfabeta.
De acuerdo con los comerciantes hay casos similares de personas que han presentado solicitudes desde el 2017 para actualizar sus datos y tener todo en orden, pero no han recibido una respuesta, además sospechan de anomalías porque conocen casos en los que la comuna resuelve con prontitud, pero en otros son ignorados, como afirman que sucedió con la adulta mayor.