Seily Vásquez, quien desde hace más de 10 años trabaja en Génova con proyectos comunitarios, especialmente para comunidades en pobreza y extrema pobreza, explicó que al conocer la situación habitacional de cientos de familias del municipio, sobre todo en Talzachum, llevó a cabo gestiones con la fundación Un Techo para mi País, para la construcción de viviendas.
La universitaria Gabriela Palacios, directora comercial región occidente de esa fundación, indicó que los jóvenes voluntarios dedican sus fines de semana a esta labor.
“Estamos en Talzachum en un programa piloto para la edificación de las 10 primeras viviendas, de un proyecto de 50, pero que podrían ser más, al tomar en cuenta las necesidades existentes en ese lugar”, dijo.
Palacios explicó que cada unidad habitacional prefabricada de 3.10 metros por seis metros tiene un costo de Q12 mil. Cuenta con cimientos de madera, piso de madera, paredes prefabricadas y techo de lámina.
Se informó que cada familia beneficiada, además de su apoyo en mano de obra, aportó Q800 como una inversión simbólica, lo cual le permitirá valorar su nueva casa.
Luis Ricardo Melgar, director regional occidente de la fundación Un Techo de mi País, indicó que la mayoría de los voluntarios son estudiantes universitarios que están conscientes de la necesidad de trabajar para resolver los problemas de Guatemala, y uno de ellos es la falta de vivienda.
“Como fundación tratamos de involucrar a la sociedad en este tipo de proyectos, por lo que se toma en cuenta a los consejos comunitarios de Desarrollo y autoridades municipales”, dijo Melgar.
Cifra
50 viviendas de madera tiene proyectadas construir fundación.