La pareja, que procreó nueve hijos —cuatro están vivos—, asegura que pese a las adversidades han sabido salir adelante, gracias al amor y comprensión que los une.
Alquijay señala que su vida ha sido difícil porque tuvo 11 hermanos y desde los 21 años debió independizarse de su familia. Recalcó que siempre ha sido víctima de la pobreza por la falta de oportunidades de trabajo formal.
Los años han pasado y su situación económica no ha cambiado mucho, pues pese a sus esfuerzos no han construido una casa formal.
Tarea difícil
Elaborar canastas de caña es una tarea difícil, que requiere de ingenio y dedicación, señaló Alquijay. Añadió que los lunes sale a buscar las cañas de carrizo en Pastores y San Luis Las Carretas, donde crecen de manera silvestre.
Agregó que durante el resto de la semana procesa el material para elaborar unas ocho canastas, que luego ofrece a Q35 y Q60, según el tamaño.
De acuerdo con Alquijay, su esposa es la encargada de trasladar, cada domingo, el producto al mercado de San Martín Jilotepeque, Chimaltenango.
“Solo en esa plaza los podemos vender, pero hay ocasiones en las que regreso casi todo el producto”, refirió Ruiz.
Agregó que en oportunidades debe apoyar a su esposo en la elaboración de los canastos, pues es complicado manipular la materia prima, lo que causa retrasos.
La pareja asegura que a pesar de que no cuentan con cobertura social por parte del Gobierno y su economía es precaria, aprendieron a vivir la vida con felicidad, lo que, según ellos, han logrado gracias a la lucha constante por salir adelante.