Cantinas
Sandoval aseveró que para abrir un negocio se requiere patente de comercio, permisos tributarios, licencia para vender alimentos y licor, y un aval de la municipalidad que respalda que todos los permisos fueron extendidos.
“Muchos de estos negocios supuestamente funcionan como restaurantes, pero en la noche operan como bar o cantina”, resaltó.Agregó que en otras ocasiones los encargados de los negocios se rehúsan a recibir las notificaciones, o cuando llega el delegado municipal lo reciben con arma en mano. También recordó que, según las leyes, no deben funcionar ventas de licor cerca de centros de estudio.
Desorden
“Nosotros vivimos cerca y a veces hemos encontrado la puerta principal orinada porque vienen de allá —de las discotecas— y aquí pasan a orinar”, se quejó Marta García, quien reside cerca de la Usac.
Otro residente del sector que solo se identificó como Ramiro indicó que, aunque no vive tan cerca de esos negocios, se escucha la música, por el alto volumen, y en más de alguna ocasión ha escuchado disparos o presenciado riñas en la vía pública.
“A cierta hora de la noche ya no se puede transitar por esa cuadra, porque si uno no tiene cuidado lo empujan”, refirió.
Temor
Algunos estudiantes señalan que les da temor pasar por la calle donde se encuentran los centros de diversión nocturna porque corren riesgo de ser asaltados o quedar en medio de una pelea.
“Para una de mujer es incómodo porque te miran o dicen cosas, y no son ni estudiantes”, dijo Mayra Corzo, estudiante de Medicina.
Trabajadores de negocios cercanos a ese lugar dijeron que no sabían nada acerca de notificaciones de la municipalidad. Lo mismo respondieron en locales que se hallan cerca de la universidad Mariano Gálvez.