Sololá

Coronavirus: confinado y sin internet, joven con capacidades especiales veía desvanecer su sueño de ser contador, pero maestro decide apoyarlo  

Maestro de Sololá da acompañamiento a estudiante con capacidades especiales que dejó de entregar tareas porque no tiene internet.

El profesor como Juan Alfonso Miranda Agustín llega a la aldea Santa María El Tablón, Sololá, para impartir clases a Juan José Yaxón Orozco. (Foto Prensa Libre: Daniel Chumil)

El profesor como Juan Alfonso Miranda Agustín llega a la aldea Santa María El Tablón, Sololá, para impartir clases a Juan José Yaxón Orozco. (Foto Prensa Libre: Daniel Chumil)

Juan José Yaxón Orozco, de 19 años, es uno de los 226 estudiantes de Quinto Perito Contador de la Escuela Nacional de Ciencias Comerciales de Sololá, quien para ir a clases se anteponía a una enfermedad que le entumece la manos y piernas, una complicación que, hasta antes del 14 de marzo, cuando las clases fueron suspendidas por la pandemia de coronavirus, no era un problema como lo es no tener internet, pues se ausentó de la escuela.

El deseo de Juan José por superarse era más que evidente, porque a pesar de las complicaciones que tiene para movilizarse, todos los días caminaba más de tres horas para ir y venir de la escuela, pues en la aldea Santa María El Tablón, donde vive, no hay servicios de transporte colectivo, pero luego de la suspensión de clases, su ausencia en las actividades virtuales fue más que evidente, porque debido a la falta de internet dejó de entregar tareas, algo inusual en él.

Fue así como Juan Alfonso Miranda Agustín, maestro del curso de Contabilidad de Costos, decidió buscar a Juan José para impartirle clases presenciales en su casa, pues asegura que es uno de los estudiantes más aplicados del aula y que ha demostrado interés por graduarse, por lo que considera injusto que por falta de internet abandone las clases.

La familia de Juan José Yaxón Orozco se muestra agradecida con el apoyo del maestro Juan Alfonso Miranda Agustín. (Foto Prensa Libre: Daniel Chumil)

A partir del 16 de marzo último, Miranda implementó plataformas virtuales para atender a sus alumnos y obtuvo respuesta del 75 por ciento, por lo que se dio a la tarea de ir casa por casa para atender al 25% restante; sin embargo, en el caso de Juan José las cosas eran distintas, pues vive en el área rural y llegar es más complicado, “pero no imposible”, asegura el profesor, quien una vez por semana emprende el viaje a pie hasta la casa de su estudiante.

“Noté que en los registros académicos Juan José no tenía movimientos en las casillas a partir del 16 de marzo, por lo que averigüé su número de teléfono para darle seguimiento a su proceso educativo”, señaló Miranda, quien recuerda que el primer día que viajó a la comunidad fue acompañado por un grupo de estudiantes, con quienes caminaron una hora con 45 minutos.

Agregó: Juan José es un alumno muy especial para mi ya que ha demostrado bastante responsabilidad y ganas de superación, sus compañeros también los estiman mucho, por lo que le vamos a dar seguimiento a su proceso educativo durante esta pandemia que nos ha obligado a alejarnos de la escuela”.

Miranda agregó que es el momento de que los maestros sean más humanista y piensen en el prójimo, pues durante la pandemia no todos los estudiantes tienen las mismas posibilidades de acceder a las herramientas de aprendizaje “y si el alumno no puede llegar a la escuela, entonces la escuela debe llegar al alumno”.

Juan José Yaxón Orozco escucha la cátedra del profesor Juan Alfonso Miranda Agustín. (Foto Prensa Libre: Daniel Chumil)

Juan José sueña con llegar a la universidad y estudiar Administración de Empresas, por lo que agradece el esfuerzo que hace su maestro por llegar hasta su casa para apoyarlo en su educación.

María Orozco, madre del estudiante, recuerda que por la condición de salud de su hijo siempre ha sido complicado prestarle las atenciones que requiere; además, reconoce su esfuerzo y dedicación por aprender, porque todos los días regresaba a su casa a eso de las 20 horas, por lo que ahora agradece el esfuerzo de maestro, porque con sus visitas las ilusiones de Juan José revivieron.