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Los misterios de la curva donde los vehículos vuelcan sin causas justificadas

Fuerzas sobrenaturales, presencia de malos espíritus, obra de la madre naturaleza o simplemente mala construcción de la carretera, es lo que se dice en torno al kilómetro 153 de la ruta Interamericana, en Nahualá, Sololá, donde casi a diario ocurren accidentes viales.

El kilómetro 153 de la ruta interamericana, Nahualá, Sololá, es escenario de múltiples accidentes. (Foto Prensa Libre: César Pérez Marroquín)

El kilómetro 153 de la ruta interamericana, Nahualá, Sololá, es escenario de múltiples accidentes. (Foto Prensa Libre: César Pérez Marroquín)

Sea lo que sea, autoridades indígenas y los Bomberos Voluntarios de la localidad están alarmados por la incidencia de los percances, pues solo en agosto último ocurrieron 27, y en la mayoría de los casos los vehículos vuelcan “sin razones justificadas”, según vecinos que viven en las cercanías del lugar.


Héctor Armando Sac es el director de la 77 compañía de los Bomberos Voluntarios de Nahualá, él, como muchos de sus compañeros han sido testigos de innumerables percances en ese sitio, incluso, según cuenta, mientras atienden alguna emergencia en el punto, se registra otro hecho similar. 

En ese lugar hay una curva pronunciada, conocida como Cho nima juyú -frente a la montaña grande, en quiché-; sin embargo, lo residentes de la zona aseguran que esa no es la causa de los accidentes. Diego Gregorio, quien vive en una aldea cercana, recuerda que sus abuelos contaban que para construir esa carretera fue necesario derribar una parte del cerro, pero nunca se pidió permiso al “santo de la montaña” y por eso ahora ocurren los percances, algunos con saldos mortales.
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“En la parte de la curva había un santo y cuando los vecinos pasaban frente a él se hincaban para venerarlo, pero con la construcción del asfalto eso ya no ocurre y por eso ahora se cobra vidas”, comentó Gregorio, quien añadió que cada día ocurren entre tres y cuatro accidentes.

María Cristina Tzaj, vecina de Nahualá, califica los accidentes como un fenómeno, pues estos ocurren a cualquier hora del día y sin que los factores de riesgo, como el exceso de velocidad, tenga que ver en los casos.

Tzaj cree que lo que ocurre es producto de los daños que se le hacen a la madre naturaleza -aprovechamiento de los recursos naturales-, y por eso ella reclama su territorio, por lo que considera necesario que todos los vecinos recapaciten y hagan algo para detener las tragedias.

“Es lamentable porque uno viene tranquilo y de repente ocurren los accidentes. Las ceremonias y los rezos son una ofrenda a la madre naturaleza, porque de repente es ella la que está molesta por tanto daño que le hemos hecho”, comentó Tzaj, quien añadió que es necesario que los pilotos manejen con precaución en este lugar, ya que es una curva que “jala los carros”.
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Para diego Tzac, otro poblador del área, lo que ocurre es producto de los nahuales de la carretera, pues nadie les ha pedido permiso para hacer las construcciones; sin embargo, Miguel Tepaz, de ese mismo sector, no descarta que el asfalto haya sido mal colocado y por eso los carros derrapan.

Ceremonias mayas

Mientras vecinos y autoridades locales buscan las repuestas a los constantes accidentes, integrantes de la Alcaldía Indígena decidieron celebrar cuatro ceremonias mayas en ofrenda a la “madre naturaleza” para que cesen los percances.

Los líderes indígenas tienen previsto celebrar cuatro ceremonias, de las cuales ya ha hecho tres, pues aseguran que se le debe “pedir perdón” a la madre naturaleza y con ello esperan que los hechos viales disminuyan.


De hecho, según dicen, desde que hicieron la primera ceremonia maya, a principios de octubre, los accidentes han disminuido de manera considerable. Aún no se tiene la fecha de la última ceremonia a la que invitarán a vecinos y autoridades, pues tienen planificado que haya música de marimba para que sus plegarias sean escuchadas.
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El tema de los accidentes en este lugar es tan relevante en el pueblo que en las ceremonias mayas participan líderes indígenas, ancianos, vecinos, bomberos y algunos agentes de la Policía Nacional Civil.

Los socorristas aseguran que hasta hace unos días el lugar fue señalizado, aunque consideran que lo que se colocó no es suficiente para alertar a los automovilistas sobre los riesgos que representa pasar por ese lugar.
Hay quienes creen que los accidentes ocurren porque de la montaña brota agua y corre sobre la carretera, aunque nadie confirma que en realidad esa sea la causa principal.

Mal diseño

Expertos en construcción de carreteras aseguran que cuando una ruta no cumple con los diseños establecidos, las probabilidades de accidentes de tránsito aumentan de manera considerable.

En el caso del km 153 hay probabilidades de que esto ocurra, pues en algunos trayectos se ven deficiencias en la construcción del peralte, la inclinación que evita que los automotores derrapen. 


Darío Lucas, jefe del Laboratorio de Asfaltos del Centro de Investigaciones de Ingeniería de la Universidad de San Carlos de Guatemala, comentó que la construcción de carreteras se rige al Libro Azul de Caminos, en el cual se establecen las características de los tramos.

Agregó que las construcciones de carreteras deben cumplir con un diseño geométrico, por medio del cual se establecen medidas y ángulo, principalmente en curvas.
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Lucas asegura que por medio del Libro Azul se determina la velocidad máxima a la que se puede transitar en los tramos, y que, en este caso, muchos automovilistas no lo respetan y abusan de la velocidad.

Según Lucas, en la ruta Interamericana no solo este lugar es peligroso, ya que hay varios tramos con deficiencias en el diseño. Además, señaló que el Libro Azul no ha sido actualizado desde hace 50 años y los constructores continúan utilizándolo, aunque algunas cosas ya han cambiado.
 
“En las curvas la carretera debe estar más levantada -peralte- para que el carro no se salga por la fuerza centrífuga y eso es lo que podría estar pasando en ese lugar. No importa que sea curva o línea recta, deben cumplir con un diseño geométrico, lo que se refiere al ángulo y peralte de las curvas y las pendientes en subidas y bajadas”, comentó.

El experto señaló que los vecinos aseguran que de la montaña brota un nacimiento de agua, y que para haber construido una ruta en ese lugar era necesario hacer estudios de suelo, topográficos y geológicos. “Si había un nacimiento de agua debieron hacer algo para construir la carretera en ese lugar, porque el agua seguirá brotando”, explicó.

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ESCRITO POR:

César Pérez Marroquín

Periodista de Prensa Libre especializado en temas políticos y de medioambiente con 25 años de experiencia.

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