“Ordeno las estanterías, me aseguro de que las salchichas y el queso están bien aprovisionados, y tiro las cajas vacías”, explicó.
“La semana pasada estuve en la seguridad de la entrada y limpié los carritos con desinfectante”, señaló este jugador que gracias a las derogaciones especiales puede entrenar tres o cuatro veces por semana.
El vigente campeón del ‘grande’ francés “agradece al coronavirus” haberle ofrecido la oportunidad de hacer “un trabajo normal”.
“Mis colegas están a veces en el comercio a las 5h30 para llenar las estanterías”, destacó el actual 13º jugador mundial de dobles.
Esta inmersión en el mundo del trabajo le ha permitido abrir los ojos sobre la suerte que tiene por ser un deportista profesional, alcanzando la élite en su pasión.
Pero el jugador de 28 años recordó que antes de su fantástico 2019, en el que también alcanzó las semifinales de dobles en el US Open, hubo “algunos años” en los que había finalizado “en números rojos”.
“Una vez gané un torneo en Italia, algo más de mil euros en una semana. Pero a eso tienes que quitar los impuestos, los gastos de viaje y el entrenador, por lo que no queda gran cosa”, detalló.
Krawietz es favorable a la idea de un fondo de apoyo, lanzada recientemente por el número 1 mundial Novak Djokovic, con el objetivo de ayudar económicamente a los jugadores con peor clasificación.
“Sin duda va a ayudar a un cierto número a poder sobrevivir. Pero independientemente del coronavirus, estaría bien si pudiéramos permitir a los jugadores clasificados más allá de la 100ª plaza mundial vivir mejor”, añadió.