Amílcar Castañeda hizo varias exhibiciones en gimnasios improvisados. En diciembre se le ocurrió organizar un torneo navideño y Cordón se inscribió para probar suerte. “En ese entonces todos estábamos emocionados, era una novedad. Imagínense un pueblito y todos con raquetas y una cosa que volaba. Todos queríamos estar”, compartió el atleta.
Para el torneo se hicieron tres categorías: principiantes, intermedia y adultos. Kevin fue ubicado en la intermedia y terminó disputando la final con su hermano Marvin (Q.E.P.D.), ante quien perdió el partido.
Kevin jugó su primer torneo en marzo de 1998, en Quiché, en la categoría menores de 13 años, y él tenía 11. Para sorpresa de muchos ganó sin problemas el primer lugar. Fue en este campeonato nacional que lo vio por primera vez el entrenador José María Solís, quien a la postre se convirtió en uno de los pilares de su carrera.
Primera impresión
“Desde la primera vez que lo vi jugar ya mostraba habilidades físicas y mentales, así como esas ganas y un buen control. Sabía analizar cada punto, además de que era rápido, explosivo y tenía buen brazo”, recuerda José María Solís.
El siguiente reto de Kevin en 1998 fue buscar un lugar en el que fue su primera participación internacional. Así que se le tomó en cuenta para jugar el clasificatorio en Quetzaltenango para el Campeonato Panamericano Juniors, en Guadalajara, México, y ganó sin problemas su categoría.
El torneo en México se convirtió en el debut fuera del país y se estrenó con dos medallas de bronce en individual y dobles, y una de plata en mixtos. La primera medalla de oro en un evento internacional la obtuvo en 1999, en un torneo en Perú, y luego en Los Ángeles, California, Estados Unidos. Después siguió entrenando en La Unión durante el 2000, y en el 2001 decidió hacer una pausa para dedicarse a estudiar en Zacapa, al tiempo que retornó al mundo del futbol.
En las vacaciones de fin de año, después de cursar segundo básico, regresó a La Unión y volvió a tomar la raqueta, y con ese poco tiempo de entreno lo invitaron a un torneo en la Federación de Bádminton. Fue el 2002 cuando, a sus 14 años, viajó a la capital e integró el programa de becas para niños talentosos del interior de país.
El debut en el ciclo olímpico
“Cuando llegué a la Federación, mi primer entrenador ya como atleta formal fue José María Solís y también Luis Sarachini. Chema prácticamente me formó en esta carrera de más de 20 años”, refirió.
Solís compartió que siempre le sorprendió la mentalidad de Kevin desde el primer día que llegó a la Federación. “En esa primera faceta en el bádminton decía que quería ganarle a Pedro Yang —raqueta número uno en ese entonces— y asistir a unos juegos olímpicos. Y cómo es la vida, que ya fue a cuatro”, comentó, orgulloso, el entrenador nacional.
La primera experiencia en el ciclo olímpico fue en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de El Salvador 2002, en los cuales compitió en dobles junto a David López, y estuvieron a un punto de avanzar a la semifinal y asegurar esa primera medalla. “Ir a esos juegos fue lindo porque en ese entonces, con las necesidades que tenía, y que me dieran un uniforme, mochila, tenis, estar entre los mejores, fue algo especial a mis 15 años”, indicó.
Después compitió en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003, pero no le fue nada bien. Con los Juegos Olímpicos de Atenas y que no hay bádminton en los Centroamericanos, el 2004 y 2005 le sirvieron para prepararse fuertemente y llegar ilusionado a los Centroamericanos y del Caribe de Cartagena 2006, donde superó en semifinales a Pedro Yang y se alzó con su primer oro.
Una lesión marcó su vida
“En lo deportivo me hubiera gustado no sufrir esa lesión de rodilla en el 2013 porque estaba en el pico más alto de mi carrera, pero en lo personal eso me hizo cambiar mi forma de ver la vida”, afirmó.
Cordón estuvo un año fuera, luego de haberse sometido a una cirugía en la rodilla, lo cual puso en duda su continuidad en el deporte. Antes de ese parón obligado, el atleta se encontraba en el puesto 21 del ranquin mundial y había recibido ofrecimientos de jugar en el extranjero.
“Ha sido mi mejor posición en el ranquin y con eso pude haber jugado en los mejores torneos del mundo, en algún club de Europa. Estaba todo servido para salir del país, pues tenía 24 años y estaba a un paso de lograr ese ascenso. Me habían hablado de Dinamarca e Indonesia”, recordó.
Durante su carrera, Kevin tuvo la oportunidad de entrenarse en Alemania del 2006 al 2008, luego en España, del 2011 al 2012, y en Francia, dos meses antes de los Panamericanos de Toronto 2015, lo cual le ayudó en su formación como atleta profesional.
“La oportunidad en Alemania se dio porque me gané una beca por parte de la Federación Mundial de Bádminton. Ellos me vieron desde el 2004 en el Mundial de Canadá y me eligieron para formar parte de la academia. Eso me ayudó a subir mi nivel y, en especial, a ser una persona profesional”, compartió.
Kevin aseguró que mucho del reconocimiento a nivel mundial del bádminton guatemalteco se le debe inicialmente a Pedro Yang, con sus resultados, después siguió él, con la oportunidad de participar en cuatro juegos olímpicos: Pekín 2008, Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020.
El doble medallista de oro panamericano firmó su mejor actuación en la edición de Japón, donde perdió el partido por el bronce y terminó entre los mejores cuatro atletas del mundo, algo histórico para Guatemala y Latinoamérica, por arriba de potencias de Europa y Asia.
Cordón disfruta de unas breves vacaciones y en los próximos días se reunirá con la dirigencia para definir si continuará su carrera o si le pondrá fin para comenzar una nueva aventura.