La justicia también confirmó este lunes las penas de cárcel pronunciadas hace dos años.
A la salida del tribunal este lunes, una veintena de familiares de víctimas expresaron su alegría con agudos alaridos o gritos de “Alá es el más grande” mientras blandían fotos de las víctimas.
“En el tormento y el dolor, he esperado a que se hiciera justicia. Gracias a Dios, ha llegado el momento en el que puedo decir que obtuve justicia para mi hijo”, dice Ahmed Mohamed, de 59 años, que lleva en la mano un retrato de Amr, fallecido a los 26 años.
Los enfrentamientos entre hinchas del club de Puerto Saíd, el Al Masry, y del Al Ahly de El Cairo, dejaron 74 muertos, en su mayoría seguidores del equipo cairota. Se trata del peor incidente de este tipo en la historia de Egipto.
Algunos acusaron a la policía de no haber intervenido en los disturbios a propósito, con la intención de vengarse de la participación de jóvenes “ultras” de fútbol en la revuelta de 2011 contra el régimen de Hosni Mubarak, durante la cual los manifestantes también protestaban contra los abusos de las fuerzas de seguridad.
Desde 2013, varios veredictos pronunciados en este caso habían provocado enfrentamientos sangrientos en Puerto Saíd, con manifestaciones contra las penas capitales, y también en El Cairo, contra las absoluciones.
La fecha de las ejecuciones de los 10 condenados aún no se ha fijado.
Aunque la pena de muerte se sigue aplicando en Egipto, decenas de esas condenas fueron anuladas por la Corte de Casación, que ordenó nuevos juicios.
Desde la destitución del presidente islamista Mohamed Mursi por el ejército en 2013, cientos de sus seguidores fueron condenados a muerte en primera instancia, antes de que la justicia anulara sus penas.
Sin embargo, en diciembre de 2016, las autoridades egipcias ejecutaron por ahorcamiento a un yihadista condenado a muerte por la masacre de 25 policías en la península del Sinaí.