Griezmannn decantó la balanza con golazo de tiro libre directo a los 29 minutos, pero el paraguayo Toni Sanabria también transformó una falta y niveló a los 79 por el Sporting, que culminó su gesta por vía de Carlos Castro a los 89 y abandonó transitoriamente los puestos del descenso para ocupar el 17mo lugar con 27 unidades.
Los madrileños, que vieron truncada una racha de 10 cotejos invictos, tropezaron apenas cuatro días después de lograr el pase a cuartos de final de la Liga de Campeones, donde enfrentarán al Barsa, tras eliminar al PSV Eindhoven mediante una prórroga y tanda de penales.
El cansancio posiblemente afectara al equipo de Simeone ante un Sporting justo de recursos, pero que logró truncar una recha de ocho fechas seguidas sin ganar y cuatro derrotas consecutivas.
“Este equipo está preparado para grandes cosas y hoy sacamos el partido adelante en la segunda mitad. Al descanso estábamos bien. Nunca pensamos que no se podía. Ahora vamos intentar lograr la salvación hasta el final”, dijo Sanabria, quien acumula ya 11 dianas en el torneo.
La jornada se completa a continuación con los partidos Real Sociedad-Las Palmas, Granada-Rayo Vallecano, Deportivo La Coruña-Levante y Betis-Málaga.
El Sporting poco pudo ofrecer durante la primera hora de partido ante un Atlético rocoso y sin mayores excesos que el constante y asfixiante derroche físico, capaz de gobernar un encuentro escaso de oportunidades de gol y con un fútbol más que meritorio por su aparente simpleza.
Ilusión del Atlético
Menos de un minuto tardaron los de Simeone en dejar constancia de su peligro, aunque Griezmann, no logró conectar a la media vuelta en el área, y tuvieron que esperar una media hora para inaugurar el marcador.
Lo hicieron como tantas otras veces a balón parado, aunque no en jugada de pizarra, sino mediante golpe de inspiración de Griezmann, quien transformó un tiro libre a 20 metros del arco en golazo de rosca al rincón.
Al Sporting le quedó la protesta de la grada y los argumentos desde la cancha, que llegaron tras el descanso, a base de amor propio y a pelota parada. Con el equipo local volcado en el área madrileña, Sanabria avisó con un tiro indirecto al poste de Jan Oblak, que nada pudo hacer en un posterior tiro libre del paraguayo, más frontal y desviado camino de la red por el argentino Matías Kranevitter, quien giró el cuerpo en la barrera.
Desconcertado, el Atlético intentó reaccionar, pero se encontró con un rival desatado y estimulado por la movilidad de Sanabria, quien sirvió un balón de oro a Castro, solo para ver como el artillero impactaba la pelota al travesaño con el arco vacío.
No perdonó el canterano su siguiente arribo, muy parecido, iniciado también por Sanabria y alargado por Isma López y Jony Castro, quien sirvió el gol en bandeja a Castro, héroe del Sporting y verdugo del Atlético.