Lo cierto es que el Éibar jugó una buena primera mitad en el Camp Nou ante un Barcelona muy espeso durante bastante tiempo y se fue al descanso perdiendo por 2-0. Es el resumen de lo que pasó en los primeros 45 minutos, los que marcaron el partido, en buena parte por los detalles.
Por ejemplo, el conjunto visitante tuvo una gran ocasión de adelantarse en un mano a mano de Sergi Enrich que resolvió el arquero alemán Marc-André Ter Stegen con una magnífica intervención.
El siguiente detalle fue que Gálvez cometió un absurdo penal sobre Semedo a los 20 minutos y Messi transformó el lanzamiento en gol.
Y el otro detalle llegó a los 38 minutos. El Barcelona lanzó un saque de esquina, el Éibar marcó muy mal y Paulinho entró solo desde atrás para marcar su segundo tanto en la Liga española tras el logrado el sábado ante el Getafe.
Un Barcelona escasamente inspirado dejó el choque resuelto al descanso y en la segunda parte se dio un festín. Denis Suárez amplió la cuenta a los 53 minutos y luego llegaron prácticamente dos goles más de Messi. El primero, a los 59 minutos, con un precioso “pase a la red”, y el segundo, tres minutos después, en brillante jugada personal.
Faltaba el póker y éste llegó a tres minutos de final en una jugada que él mismo inicio y tras una combinación remató a la red. De los 17 goles que sumó el Barcelona en este arranque de la Liga española, nueve pertenecieron al argentino. A casi dos por partido.
“Messi, Messi, Messi”, clamó el Camp Nou, que se rompió las manos de aplaudir a su gran ídolo.
El entrenador del Barcelona, Ernesto Valverde, se dio el lujo de reservar en el banquillo a Luis Suárez y rotar varias piezas del equipo. Y todo ello en el partido después de la grave lesión de Ousmane Dembélé. A la espera de un juego más consistente, los resultados hablan por sí solos. Y con Messi como incontestable artillero.