Había sido ligeramente mejor Francia hasta entonces. Llevó el peso del juego y tuvo más ocasiones, aunque Suecia tampoco pasó demasiados apuros y supo generar peligro.
La primera parte se ajustó a lo previsto. Suecia cedió la pelota a Francia para fiar sus opciones a la contra. Y el plan le salió bien a medias a los suecos, bien organizados, acumulando gente en el medio para forzar a los franceses a jugar por banda.
Y por la izquierda llevó peligro el equipo de Deschamps, con dos buenos centros de Mendy, el último cerca del gol en un cabezazo de Giroud. Pero Francia no estaba cómoda. Payet y Griezmann aparecían a ráfagas y el equipo no encontraba cómo hacerle daño al rival.
Menos presencia en ataque tenían los locales, que solo amenazaban cuando aparecían sus interiores, Durmaz y Forsberg.
Giroud, que venía de firmar tres goles contra Paraguay en un amistoso, rompió el tedio con un golazo.
Recogió un rechace dentro del área, levantó la pelota con la zurda, su pierna buena, y enganchó una volea que coló por la escuadra de Olsen.
Pero Francia no supo defender ese valioso gol hasta el descanso, y Durmaz fusiló con otra volea con la izquierda un balón suelto, solo dentro del área tras el error de marca de Mendy.
Los actuales subcampeones de Europa dieron un paso adelante en la segunda parte y estuvieron cerca del segundo tanto en un tiro lejano de Pogba y dos acciones de Griezmann, un cabezazo y una falta, ambas detenidas por Olsen, muy seguro toda la noche.
Suecia, que no se movió del plan inicial, respondió con un cañonazo de Johansson y un tiro de falta de Forsberg, involucrado en todas las acciones de ataque, el líder indiscutible del equipo desde la retirada de Ibrahimovic al finalizar la pasada Eurocopa.
Andersson y Deschamps movieron el banco a un cuarto de hora del final buscando frescura, pero el partido fue perdiendo ritmo inevitablemente por un resultado que dejaba satisfechos a ambos.
Francia seguía líder y veía cerca el Mundial, con tres de los próximos cuatro encuentros en casa. A Suecia, a la que le queda un calendario complicado, le valía para asentarse en la segunda plaza, gracias al tropiezo de Bulgaria en Minsk.
Hasta que apareció Lloris y puso el grupo patas arriba.