Pero el rendimiento del equipo se juzga por sus resultados y vistos estos, la situación es inquietante: solo dos victorias (contra Guingamp y Evian) y tres empates (Rennes, Reims y Saint-Etienne).
Contando los resultados de 2015, el Marsella sería solo el décimo clasificado de la Ligue 1, un nivel similar al exhibido en la temporada pasada, en la que el equipo más laureado del país acabó sexto y fuera de las competiciones deportivas.
Es el reverso de la moneda del exigente método de Bielsa, que pide a los jugadores un altísimo rendimiento, repitiendo esfuerzos y grandes sacrificios.
Si ese método se traduce en puntos en la clasificación, todo va bien, pero en caso contrario, los jugadores pierden poco a poco la fe en esa filosofía.
Cubiertos por el anonimato, algunos de ellos han confesado una especie de “cansancio mental”, según reveló la emisora RMC tras una encuesta en el vestuario. “No hay nada sorprendente. A veces tenemos la necesidad de divertirnos, de sentir más placer, simplemente”, reveló uno de ellos.
Particularmente, se critica la falta de “calor humano” y de comunicación interna, especialmente entre Bielsa y sus jugadores, así como con una parte del cuerpo técnico, únicamente hispanohablante.
La emisora RMC informó, no obstante, que los jugadores no dan la espalda a su técnico, conscientes de lo que el argentino ha aportado, tanto en método como en resultados. Pero quizá pagan también la factura por tanto esfuerzo en los primeros meses.
En el partido del viernes, los marselleses se vinieron abajo en los últimos 25 minutos, tras dominar por 2-0.
“Vi al Marsella cansado, fatigado a partir del minuto 70”, explicó el arquero del Caen Rémy Vercoutre. “Tenían menos ímpetu y lo supimos aprovechar”, añadió.
Sin embargo, el Marsella, a diferencia de muchos de sus rivales por el título, solo juega un partido por semana.
Contrariamente al Mónaco, por ejemplo, que todavía está en tres competiciones, el Marsella paga también por sus errores defensivos. Con 13 goles encajados en ocho partidos, los marselleses echó de menos a su líder de la retaguardia, el camerunés Nicolas Nkoulou, que se marchó a la Copa de frica y regresó lesionado.
La defensa marsellesa es víctima también de la estrategia tan ofensiva del argentino, que deja muchos espacios al rival en caso de pérdida del balón.
Por todo, el Marsella necesita matar los partidos muy pronto para evitar que el rival remonte, aunque contra el Caen ni siquiera un 2-0 en el minuto 63 fue suficiente.
Inquietante teniendo en cuenta que el Marsella recibirá al líder Lyon y después al París SG en el Velódromo.
El equipo tendrá que apelar al orgullo contra sus dos principales adversarios al título para lograr un resultado que le permita seguir soñando con la liga. De todos modos, no le quedan muchos más argumentos en los que basar sus aspiraciones.