Estaba previsto que llegara en helicóptero, pero el tiempo nublado no lo permitió.
Neymar interrumpió el entrenamiento de Brasil para el juego por el tercer lugar del Mundial, el sábado próximo contra Holanda en Brasilia, después de la paliza sufrida por 7-1 en la semifinal contra Alemania.
Saludó a cada uno de sus compañeros en el campo con un beso y un abrazo, lo mismo con el seleccionador Luiz Felipe Scolari, muy criticado por la derrota del pasado martes.
En los alrededores de la cancha de la Granja Comary, donde entrena Brasil, cientos de personas gritaban su nombre, así como el de otros jugadores del equipo. El crack de 22 años les respondió con un saludo.