El lunes declararon Sandro Rosell, presidente del Barcelona cuando Neymar llegó al club y que dimitió debido al escándalo posterior a su fichaje, y Josep Maria Bartomeu, actual mandatario azulgrana. Ambos negaron toda irregularidad en la llegada del futbolista.
La estrella del fútbol mundial llegó al juzgado con una chaqueta negra, camisa blanca y vaqueros, además de gafas sol. Parecía relajado, incluso firmó un autógrafo a un niño antes de entrar en el edificio. No hizo declaraciones a la prensa.
En un primer momento, el club azulgrana cifró oficialmente la operación de su fichaje en €57,1 millones (40 millones para la familia de Neymar y 17,1 para el Santos brasileño) , pero la justicia española calcula que fue de al menos 83,3 millones de euros.
Acusados de haber ocultado el monto real del traspaso mediante contratos anexos, Neymar y el Barcelona han visto acumularse los procesos por estafa en España, Brasil y ante la FIFA.
DIS recibió €6,8 millones de los 17,1 millones pagados por el Barcelona al Santos y considera que no percibió su parte en los contratos anexos presuntamente utilizados por el club catalán para ocultar el coste total del fichaje.
El fondo también estima que fue perjudicado por un acuerdo de exclusividad entre el Barcelona y Neymar, que impidió que otros clubes pujaran por el atacante.