Egipto, anfitriona y favorita, lo tenía todo a favor para proclamarse campeona africana por octava vez en su historia, pero no pudo evitar una dolorosa derrota que provocó una cadena de dimisiones y despidos dentro de la Federación egipcia.
Salah se fue en silencio tras el partido y ha tardado en reaccionar públicamente a la derrota. Lo hizo este lunes a través de la red social Twitter.
“Estoy muy triste porque hemos salido pronto de la Copa África. Esperábamos seguir el camino juntos hasta el final y conseguir el campeonato para nuestro público leal”, indicó Salah en la red social.
El delantero llegaba en forma tras la final de la Champions. Firmó una fase de grupos correcta con dos goles, una asistencia y muchos detalles que hicieron que el público se levantara de sus asientos.
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Sin embargo, ante Sudáfrica, el futbolista del Liverpool no supo cargarse el equipo a su espalda.
No ha sido el único momento en que los egipcios han mirado a Salah con cara extrañada a lo largo de la Copa de África.
Después del partido inaugural entre Egipto y Zimbabue (1-0), el extremo egipcio Amr Warda fue acusado por la modelo egipcio-británica Merhan Keller de haberla acosado e insultado en la red social Instagram, lo que provocó que la Federación egipcia lo apartara temporalmente para “mantener el estado de disciplina”.
Al día siguiente de la expulsión de Warda, Mo Salah defendió públicamente a su compañero de equipo a través de Twitter pidiendo una segunda oportunidad para aquellos que cometen errores y asegurando que “no deberían ser enviados directos a la guillotina”.
Hubo seguidores que reaccionaron enfadados y en las redes sociales comenzó a correr la etiqueta “Montajab al Mutahareshin”, que en árabe significa “la selección de los acosadores”.
Warda fue reincorporado al equipo para jugar los octavos, pero el destino de Egipto y Salah acabó en derrota.
Todo parece indicar que el máximo favorito para el Balón de Oro es Lionel Messi. Como él, Salah no ha conseguido todavía ningún título para su selección.
Su mayor logro fue conducir a su combinado nacional a la final de la Copa de África en el 2017, que perdió ante Camerún, y dejó poco en el Mundial de Rusia, en el que no superó la fase de grupos.
Pero por mucho que haya alzado la ‘orejona’ y haya anotado una cincuentena de goles en la Premier League inglesa, Salah no es Messi y necesita títulos para convertirse en un mito fuera de sus fronteras.
“Ojalá aprendamos de los errores en los que caímos”, señaló en su mensaje en Twitter.
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