Desde hace dos años el público visitante no puede ingresar a los estadios como prevención de hechos violentos que el fragor entre hinchadas suele saldar con sangre, aunque el último fin de semana se les permitió el acceso como prueba piloto en dos partidos. Sin embargo, dentro del campo de juego aparece una cuenta pendiente para la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) que es el juego violento entre los futbolistas.
En una jugada polémica el sábado entre Boca y Argentinos Juniors el 'Apache' le fracturó tibia y peroné al juvenil Ezequiel Ham (21 años), que fue operado el fin de semana y volverá al quirófano el martes para que le coloquen un clavo de titanio, mientras tiene por delante al menos ocho meses de recuperación.
La crítica hacia Tevez en la prensa y en la calle está servida. El Tribunal de Disciplina de la AFA se muestra dubitativo para aplicar el reglamento o lo supedita a comprobar la mala intención del jugador, algo tan difícil de comprobar que las faltas graves quedan casi siempre sin castigo. El reglamento impone una suspensión de cinco a 30 partidos al jugador que por acción violenta deje a otro impedido para poder jugar por tiempo indeterminado, pero eso implica desconocer la autoridad del árbitro y aplicar una sanción de oficio.
“Nosotros no actuamos de oficio. Es la posición mayoritaria y la jurisprudencia de los últimos 20 años”, dijo Fernando Mitjans, presidente del Tribunal de Disciplina de la AFA. Mitjans aludió a otro caso donde la 'fatalidad' en la disputa de una pelota durante un superclásico Boca-River en enero pasado hizo que Lucas Vangioni (River) le fracturara un pié al juvenil Cristian Pavón y no hubo sanción.
“Y por eso no vamos a sancionar a Tevez como no lo hacemos con ninguno”, recalcó Mitjans. Y cuando los árbitros expulsan o amonestan a un jugador, la sanción del Tribunal de Disciplina es siempre leve. Es el caso del portero Agustín Orión, compañero de Tevez en Boca, que le aplicó un cabezazo en la fecha dos al jugador de Temperley Juan Ignacio Dinneno y solo recibió un juego de suspensión, luego le provocó fractura de tibia y peroné el uruguayo Carlos Bueno y en agosto lesionó al jugador Lucas Gamba de Unión y, pese a sus antecedentes, fue suspendido solo por dos partidos.
Tevez en boca de todos
En el caso de Tevez, el árbitro Luis Álvarez ni siquiera cobró falta y por eso la AFA analiza por estas horas aplicarle una eventual sanción.
“Casi seguro, Luis Alvarez será parado”, respondió Miguel Scime, director de Formación Arbitral de la AFA consultado por ESPN Fc Radio. Tevez, que regresó esta temporada de Europa, donde fue varias veces campeón con la Juventus de Italia, no tenía antecedentes de violencia contra rivales e incluso, tras sus primeras presentaciones con la casaca de Boca dijo estar sorprendido por las quejas generalizadas y constantes de los jugadores ante los fallos de los árbitros.
Pero al parecer, el medio argentino donde prevalece el juego brusco lo condicionó a un hábitat al que no estaba acostumbrado este jugador de la selección albiceleste.
La prensa local puso de relieve el lado oscuro del estelar de Boca que regresó de la Juventus como hijo pródigo del club 'xeneize' al que colocó en la cima del campeonato. “Fue con la intención de pegarle. Cuando jugás al fútbol lo sabés”, dijo enfurecido el entrenador de Argentinos, Néstor Gorosito.
“No lo hice de 'mala leche' (mala intención)”, se disculpó Tevez, conocido como el 'jugador del pueblo'.
“La actuación de oficio es una ventana que si se abre es difícil ponerle límites porque se propagarían los pedidos”, sostuvo el dirigente al admitir que “de ser de otra manera estaríamos todas las semanas suspendiendo jugadores”, dijo Mitjans.
El peor precedente
En un caso distinto, pero que en mayo pasado puso el tema del juego violento sobre el tapete en Argentina: Emanuel Ortega, de 21 años, murió tras once días de agonía por un golpe en la cabeza que recibió al chocar contra un muro de contención que separa al público del campo de juego en un partido correspondiente a las divisiones de ascenso.
Un rival empujó a Ortega en una disputa de pelota en el borde del campo de juego y cayó de espaldas contra el muro perimetral de la cancha de su club, San Martín de Burzaco, en la periferia sur de Buenos Aires. El accidente ocurrió en el minuto final del primer tiempo.