Cada derrota provoca un terremoto en el Real Madrid y deja al técnico Rafa Benítez en entredicho. Acostumbrado ya a escuchar al francés Zinedine Zidane como posible sustituto en el presente e incluso ver que no se cierran las puertas del club a un futuro regreso del portugués José Mourinho, el actual técnico se defiende con “trabajo, respeto y educación”.
Confía en una nueva reacción de su equipo que silencie las críticas y pone de ejemplo la segunda parte de un encuentro que se perdió, la realizada en la última jornada ante el Villarreal, como el camino a seguir durante los 90 minutos del duelo ante el Rayo. Las cualidades de su rival le van bien a un Real Madrid que saldrá con las bajas en defensa de Dani Carvajal y el francés Raphael Varane.
Con el regreso del alemán Toni Kroos al centro del campo, tras no jugar ni un minuto en la última jornada, la principal duda por despejar de Benítez es la presencia de Isco Alarcón en el once o una nueva suplencia que le pueda dejar marcado. Los tres de arriba parecen indiscutibles, señalados por su bajo rendimiento en partidos importantes Gareth Bale y Cristiano Ronaldo, y con Karim Benzema buscando celebrar con goles su 28 cumpleaños.
La respuesta de la afición del Santiago Bernabéu será centro de atención. El clima está enrarecido desde el Clásico. Se piden dimisiones entre silbidos señalados, centrados últimamente en la figura de un técnico que pide unidad: “Hay que olvidarse de lo que pasa alrededor y centrarse en apoyar. El himno de la Décima dice 'Hala Madrid y nada más'. Es la clave”.
Por su parte, el Rayo Vallecano afronta su visita al Bernabéu en un momento muy delicado a nivel deportivo tras encadenar tres derrotas ligueras consecutivas, sumar un punto de los últimos doce y caer goleado con el Getafe en Copa del Rey, aunque logró el pase a octavos por el valor doble de los goles.
Crisis en el Rayo
La imagen que está dando el Rayo en los últimos encuentros preocupa mucho a la afición, que ha pitado al equipo en alguna ocasión en Vallecas, y también a Paco Jémez, que ha advertido al grupo que “jugando como los últimos partidos no pueden competir ni contra un Segunda”.
El equipo vallecano debe recuperar la intensidad de los primeros partidos de Liga, no relajarse cuando tiene los partidos controlados en posesión y en el marcador y sobre todo no cometer errores de bulto en defensa que cuesten goles, como ha pasado en algunos partidos contra rivales directos.
Para este encuentro, Jémez cuenta con las bajas por lesión de los porteros Toño y David Cobeño, del lateral izquierdo rumano Razvan Rat y del centrocampista alemán Patrick Ebert.
A esas cuatro bajas se une una muy importante, la del defensa Diego Llorente, que ha disputado hasta el momento todos los partidos oficiales y no podrá jugar al estar cedido por el Real Madrid y tener una cláusula en su contrato que se lo impide.
Para suplir la baja de Llorente, Jémez cuenta con varias opciones. La más normal sería que entrara Zé Castro, pero el portugués arrastra molestias y todo dependerá de su evolución. Otra opción es retrasar a Raúl Baena para que forme con Antonio Amaya y la última es que entre en el once Chechu Dorado, pero el cordobés no parece convencer al técnico a tenor de sus actuaciones en el campo.
En el historial de enfrentamientos, Real Madrid y Rayo se han medido en dieciséis ocasiones en el Santiago Bernabéu, con un balance de trece victorias para el cuadro merengue y solo una para el vallecano. Esa victoria del equipo rayista (1-2), el 21 de enero de 1996, le costó el puesto al argentino Jorge Valdano, por entonces entrenador del conjunto madridista.