EMPRESAS DE TALLA MUNDIAL

De la fuerza al conocimiento

Primero: Contrata personas que crean en ellos. Esto otorga seguridad y facilita levantarse cada día afirmando que todo es posible, hay acción y ejecución, uno de los grandes déficits de las organizaciones promedio.

Segundo: El colaborador ama lo que hace y trabaja por resultados, descubren sus preferencias superiores. Eliminan las 4 efes que matan al ser humano: (Fastidio, Fatiga, Frustración y Fracaso).

El colaborador vive su actividad plenamente, se realiza, deja de depender y no promueve la sumisión a horarios, supervisores o jefes.

Cuando la empresa consigue evidenciar el fuego interno en cada uno, esa energía se canaliza y si esta está bien orientada, eliminamos las distracciones, pérdidas, repeticiones, devoluciones, por el simple hecho de entender que hacia donde se dirige la energía camina el enfoque, le llamamos el tercer principio; el colaborador muestra pasión por lo que hace.

El cuarto principio es responsabilidad. No se admiten excusas, no se culpa a los colegas de la incompetencia personal. Para dejar la dependencia de los supervisores y jefes tradicionales, recordemos que el grado de responsabilidad define nuestro nivel de libertad y los colaboradores de emprendimientos de talla mundial son en esencia personas libres.

El quinto principio: se confía en cada integrante y se otorga poder, se alberga la esperanza de lograr la meta, no se admiten dudas, y en todo aquello que no se evidencia se dan saltos de fe, por el trabajo en equipo.

Los emprendimientos de principios no miran los problemas, los abordan, los tratan, los colocan en la mesa, no le huyen, saben observar el sexto principio, todo es una oportunidad. Recordemos que la adversidad no siempre trae una carga negativa, muchos de los emprendimientos más prestantes actualmente surgieron de un período de crisis. Ejemplo, Google.

El séptimo, que garantiza un futuro mejor, aquel que impacta en la cultura, le llamamos reparar la mente para servir, conseguir que todo lo anterior pueda ocurrir, para que el aprendizaje se transforme y se cultive la gratitud, donde enseñar y compartir información con un colega hace parte de las rutinas.

Los emprendimientos de corte mundial se convierten en dinámicas de servicio, promoviendo y admitiendo la ley de la compensación al esfuerzo y la cooperación, a través de pensamientos maestros, no de técnicos acartonados en títulos que saben dar órdenes, pero no obedecen, que les gusta figurar en la plantilla de los premiados, pero les cuesta compartir los reconocimientos con los equipos.

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