De acuerdo con D. Estrada, el problema de fondo es que la situación ya está afectando la imagen internacional del país, lo que en el mediano plazo impactará tanto en la inversión extranjera directa como en el comercio en general, debido a la incertidumbre que genera en la inversión.
Entre el 2004 y el 2008, sindicatos plantearon demandas contra Guatemala por violaciones a derechos laborales.
En el 2011, EE. UU. pidió integrar un panel de arbitraje contra Guatemala.
En el 2012, Guatemala y EE. UU. propusieron llegar a un arreglo amistoso y no activar el panel arbitral.
En el 2013 se evaluó el cumplimiento de esos derechos en Guatemala.
Para el dirigente sindical Adolfo Lacs, las pruebas presentadas fueron contundentes, en el sentido de que provenían de denuncias “juradas” de trabajadores afectados no sindicalistas y que no fueron hechas públicas por temor a represalias.
Según Lacs, las quejas de los trabajadores guatemaltecos fueron presentadas por sindicalistas estadounidenses.
Lacs agregó que al país le fue mal por el desconocimiento del tema laboral internacional y porque las pruebas, a su juicio, son “irrefutables”.
El dirigente sindical dijo que aproximadamente en el 2017 el panel emitirá una hoja de ruta y dará un plazo para cumplir. En caso contrario, se volvería a integrar el panel y el país recibiría una multa hasta que cumpla con el mandato.