Economía

Ecoencíclica resumida

El documento papal equivale una investigación para una tesis doctoral. La bibliografía es variada y además de los expertos consultados, tiene como fuente los documentos respecto de ecología de las conferencias episcopales de las más variadas regiones del mundo. Además, logró alinear con la encíclica a los ecologistas de todos los países.

CAPÍTULO CUARTO. UNA ECOLOGÍA INTEGRAL

Contenido: Ecología ambiental, económica y social; La ecología cultural; La ecología humana y el espacio de la vida cotidiana; El principio del bien común; Una justicia intergeneracional bien entendida.

Con muchos ejemplos concretos el papa Francisco ilustra su pensamiento: que hay un vínculo entre los asuntos ambientales y cuestiones sociales humanas, y que ese vínculo no puede romperse. Así pues, el análisis de los problemas ambientales es inseparable del análisis de los contextos humanos, familiares, laborales, urbanos, y de la relación de cada persona consigo misma, porque “no hay dos crisis separadas, una ambiental y la otra social, sino una única y compleja crisis socioambiental”.

Esta ecología ambiental “es inseparable de la noción del bien común”, que debe comprenderse de manera concreta: en el contexto de hoy en el que “donde hay tantas inequidades y cada vez son más las personas descartables, privadas de derechos humanos básicos”, esforzarse por el bien común significa hacer opciones solidarias sobre la base de una “opción preferencial por los más pobres”.

La ecología integral implica también la vida cotidiana, a la cual la Encíclica dedica una especial atención, en particular en el ambiente urbano.

CAPÍTULO QUINTO. ALGUNAS LÍNEAS ORIENTATIVAS Y DE ACCIÓN

Contenido: El diálogo sobre el ambiente en la política internacional; El diálogo hacia nuevas políticas nacionales y locales; Favorecer debates sinceros y honestos; Política y economía en diálogo para la plenitud humana; Las religiones en el diálogo con las ciencias.

Este capítulo afronta la pregunta sobre qué podemos y debemos hacer en la política nacional e internacional. “Hay discusiones sobre cuestiones relacionadas con el ambiente, donde es difícil alcanzar consensos. (…) la Iglesia no pretende definir las cuestiones científicas ni sustituir a la política, pero invito a un debate honesto y transparente, para que las necesidades particulares o las ideologías no afecten al bien común”.

Sobre esta base el papa Francisco no teme formular un juicio severo sobre las dinámicas internacionales recientes: “Las Cumbres mundiales sobre el ambiente de los últimos años no respondieron a las expectativas porque, por falta de decisión política, no alcanzaron acuerdos ambientales globales realmente significativos y eficaces”.

CAPÍTULO SEXTO. EDUCACIÓN Y ESPIRITUALIDAD ECOLÓGICA

Contenido: Apostar por otro estilo de vida. Educación para la alianza entre la humanidad y el ambiente; La conversión ecológica; Gozo y paz; El amor civil y político; Los signos sacramentales y el descanso celebrativo; La Trinidad y la relación entre las criaturas; La Reina de todo lo creado; Más allá del sol.

El capítulo final va al núcleo de la conversión ecológica a la que nos invita la Encíclica. La raíz de la crisis cultural es profunda y no es fácil rediseñar hábitos y comportamientos.

El punto de partida es “apostar por otro estilo de vida”, que abra la posibilidad de “ejercer una sana presión sobre quienes detentan el poder político, económico y social”. Es lo que sucede cuando las opciones de los consumidores logran “modificar el comportamiento de las empresas, forzándolas a considerar el impacto ambiental y los modelos de producción”.

No se puede minusvalorar la importancia de cursos de educación ambiental capaces de cambiar los gestos y hábitos cotidianos, desde la reducción en el consumo de agua a la separación de residuos o el “apagar las luces innecesarias”.

Concluye así: “La sobriedad, que se vive con libertad y conciencia, es liberadora”. Así, “la felicidad requiere saber limitar algunas necesidades que nos atontan, quedando así disponibles para las múltiples posibilidades que ofrece la vida”. De este modo se hace posible “sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo, que vale la pena ser buenos y honestos”.

ESCRITO POR:

José Molina Calderón

Economista. Consultor en gobierno corporativo de empresas familiares. Director externo en juntas directivas. Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Autor de libros de historia económica de Guatemala.

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