No se observan otros efectos inmediatos. Sin embargo, puede haber temor por hacer alguna nueva inversión en caso se generara incertidumbre.
Si se toman en cuenta experiencias anteriores, estas protestas tienen un efecto importante porque no se han detenido y pueden aumentar en cantidad de asistentes y periodicidad hasta llegar a ser marchas semanales e incluso diarias. En este caso sí habría un efecto en la marcha de los negocios, incluso los pequeños de la economía informal.
Gabinete de Gobierno
En casos semejantes en otros países, el presidente lo primero que hace es pedir la renuncia de su propio gabinete, aceptarla y luego hacer los nuevos nombramientos, incluyendo a las personas que desea que continúen en el cargo. Esto no ocurrió bajo la dirección del presidente Otto Pérez.
Lo que ya ocurrió en el Plan A fue la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti y el nombramiento del nuevo vicepresidente, Alejandro Maldonado Aguirre.
El Plan B ocurriría si las marchas crecen en la capital y en el interior del país, y se daría el hipotético caso que el presidente también renuncie. En este caso, el vicepresidente asume el cargo de presidente y el Congreso ha de nombrar un nuevo vicepresidente. Seguidamente, se podría nombrar un nuevo gabinete de ministros de Estado, que acompañen al primer mandatario y a su segundo en la transición de gobierno hasta el 14 de enero del 2016. Si esto ocurre, habría certeza económica y se podría asegurar que se elevaría la moral tributaria.
Lo pintoresco del caso es que el proceso de elecciones generales está en marcha y hay fechas para la primera vuelta presidencial el 6 de septiembre del 2015, en donde es previsible que lo que caigan sean grandes chorros de agua por ser época de lluvias. Luego seguiría la segunda vuelta en octubre de este mismo año. La gran incógnita es quién ganará las rondas presidenciales, en tanto que en la misma fecha de la primera vuelta quedarían electos los diputados y alcaldes. Y en contra de algunos candidatos hay inconformidad por la reelección.
El electorado tiene en sus manos definir el futuro económico del país. No es fácil indicar ahora con qué candidatos se tendría un mejor resultado en la economía nacional del 2016 al 2020.
Aparentemente, los movimientos anticorrupción en el Organismo Ejecutivo pueden resolverse con los mecanismos constitucionales actuales. Sin embargo, los cambios de diputados y alcaldes solamente pueden hacerse a través del proceso electoral, el cual estará reñido. Y en el Organismo Judicial no existe un sistema de depuración conocido.
Otras medidas del Ejecutivo
La reorganización de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) es tarea inmediata. La transparencia y supervisión de los fideicomisos es tarea de la Contraloría General de Cuentas, que tiene suficiente autoridad para pedir a los bancos que proporcionen la información, dado que son alimentados con recursos del Estado. Esto, tanto para los fondos del Organismo Ejecutivo como los de las municipalidades.
El Organismo Ejecutivo dispone de una lista de recomendaciones del G40, el grupo de economistas y analistas fiscales, específicas contra la corrupción y el contrabando.
Experiencias anteriores
Las protestas ciudadanas históricamente han sido de distinto tipo. En 1948 los Minutos de Silencio promovidos por Manuel Cobos Batres contra el gobierno de Juan José Arévalo, fueron notables. En 1957 el desfile diario de bicicletas frente al Palacio Nacional y el Parque Central, como se llamaban en esa época, apoyando a Miguel Ydígoras Fuentes para que le dieran el primer lugar en las elecciones presidenciales por presunto fraude, en donde el toque el timbre metálico de las bicicletas logró el resultado de efectuar nuevas elecciones. Sin embargo, Ydígoras, a su vez, fue derrocado por un Golpe de Estado en 1963.