Economía

El cambio de estrategia para acceder a fondos privados de EE. UU. que impulsará a pequeños proyectos

Iniciativa de EE. UU. dirigida a sector privado baja perfil para que empresas postulen, luego de que solo pasaran filtros dos de 10 propuestas.

Los proyectos interesados en optar a un fondo privado deben atender sectores como vivienda, energía, agroindustria o salud. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

Los proyectos interesados en optar a un fondo privado deben atender sectores como vivienda, energía, agroindustria o salud. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

Una nueva estrategia dará un giro al mecanismo que la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (DFC, en inglés) estableció para acceder al fondo de US$1 mil millones —unos Q7 mil 700 millones— disponibles en el marco del proyecto Creando Oportunidades Económicas del actual gobierno de Estados Unidos e identificar nuevas empresas que puedan presentar sus proyectos con montos más bajos.

El fondo está dirigido a empresas que implementen proyectos de inversión estratégica que tengan impacto en crear fuentes de trabajo y lograr así contener la migración hacia EE. UU., pero uno de los obstáculos que encontraron fue que la mayoría no eran precisamente “megaproyectos”, es decir, que necesiten financiamiento de US$200 millones en adelante; al contrario, los montos son menores a US$30 millones.

Por lo anterior, solo dos empresas de 10 proyectos que se presentaron en el 2020 lograron pasar el primer filtro y avanzaron a la siguiente fase para optar a un financiamiento por US$200 millones de un cupo de US$500 millones. Los proyectos están relacionados con construcción de vivienda social y energía.

Juan Pablo Carrasco, presidente de la Cámara de Comercio Guatemalteco-Americana (AmCham), indicó que la cartera actual de proyectos es de 20 y están relacionados con el desarrollo de parques industriales, clínicas de salud primaria, infraestructura de peaje y agroindustriales.

“La estrategia cambió, y se espera que pequeños proyectos, incluso de US$15 millones en adelante, puedan aplicar a los fondos, posibilidad que no se contemplaba anteriormente porque estaban solicitando proyectos de grandes magnitudes”, comentó Carrasco.

Solo en AmCham se han recibido 20 proyectos entre US$2 millones y US$20 millones, que para los entes multilaterales de financiamiento pueden ser pequeños, pero se debe principalmente a que estos financiamientos tienen procesos rigurosos y requieren personal para analizarlos y darles seguimiento, por lo tanto, es caro financiarlos.

En ese sentido, coincidió Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa) acerca de que una de las dificultades del mecanismo de DFC es precisamente porque tienen poco personal para revisar las propuestas y por esa razón están empezando a trabajar directamente con empresas dedicadas a financiamiento de proyectos.

“Lo que se ha observado es que empresas medianas y grandes podrán presentar proyectos que tengan flujos más bajos y hay oportunidades para financiamiento entre US$10 millones y US$30 millones que son más accesibles”, afirmó Zapata.

La experiencia que ya se obtuvo desde el año pasado evidenció que ese es el tamaño de la mayoría de los proyectos, agregó Carrasco.

El tiempo que se lleve el DFC en aprobar los proyectos aún es incierto, aclaró Zapata, lo importante, es que la estrategia está siendo coordinada entre varias instituciones multilaterales con el objetivo de poder identificar nuevas iniciativas que tengan esa necesidad de financiamiento.

“Es una estrategia acertada el que se financie este tipo de proyectos, porque no encuentran otra forma de obtenerlos y son generadores de empleo y de inversión”, enfatizó Carrasco.

Proyectos con potencial

En opinión de Carrasco, es importante que este tipo de préstamos se den a nivel de pequeñas y medianas empresas, porque los grandes proyectos usualmente sí logran ser financiados por el sistema tradicional guatemalteco.

“Aquí en Guatemala se le presta el dinero a quien no se necesita, solo lo logran grandes empresas, que ya están sobre garantizados con inmuebles o bonos, es difícil para las pequeñas y medianas empresas acceder a fondos”, señaló el presidente de AmCham.

En contraste con los mercados desarrollados donde las pymes logran financiamientos y logran colocarse, incluso, en la Bolsa de Valores a través de fondos de inversión, porque hay miles de opciones para lograr financiamientos con tasas blandas y plazos largos, que han ayudado a convertir esos pequeños proyectos en grandes empresas posteriormente.

El DFC y Usaid están logrando consenso en la banca multilateral donde hay falta de financiamiento ahí es donde se debe apostar, concluyó Carrasco.

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Giro era necesario

La inversión en proyectos de desarrollo es sumamente importante para aumentar la productividad y competitividad del país, afirmó Fabian Juárez, analista económico de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes).

Además, incentivar este tipo de proyectos, tanto grandes como pequeños, ayuda al desarrollo de las comunidades en donde se desarrollan, agregó el analista.

El cambiar la estrategia parece adecuado dada la poca cantidad de proyectos que llegaron a segunda fase y que cumplieron con las especificaciones.

Según el estudio de Asíes: “Propuesta de lineamientos de política para impulsar la competitividad de las pymes en Guatemala” con datos del Mineco: las pequeñas y medianas representaban el 10.8% de las empresas activas en 2015; en comparación, las microempresas representaban el 88.7% y las grandes el 0.4%.

Al reenfocar la estrategia a proyectos y empresas más pequeñas, se amplía sustancialmente la cantidad de posibles aplicantes a estos fondos, lo que seguramente repercutirá en la cantidad de solicitudes para acceder al financiamiento; especialmente en el contexto actual, en donde empresas requieren de financiamiento para continuar sus operaciones y realizar nuevas inversiones.

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